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4 de febrero de 2009

Diablo Sentimental

El Todopoderoso presentó su máxima creación, Adán, a toda la jerarquía celestial.

Samael, el ángel más hermoso de todos, el querubín protector, músico, director de las alabanzas, de posición más encumbrada entre todos los seres angelicales, se negó a saludarlo. Arguyó que un hijo del fuego, como era él, no podía inclinarse ante un hijo del barro. Al Escultor Divino le disgustó esta contestación y lo precipitó al abismo.

Los sufíes, místicos estudiosos del Islam, sostienen una teoría que, por humana, es aún más conmovedora. En ella se ve a Samael como el ángel que más amaba al Creador. Cuando creó a los ángeles, Dios les había dicho que no debían inclinarse ante nadie más que a Él. Pero después creó a Adán, a quien creyó más importante que a los ángeles y les ordenó entonces inclinarse ante esta nueva figura, revocando el mandato anterior. Samael se negó a ello, alegando que sería incapaz de desobedecer al primer mandato. Dios no comprendió el dilema de Samael y lo expulsó del Cielo… por un malentendido.

En esta historia, Samael aborrece al hombre como el nuevo objeto del amor de Dios, como la criatura que lo ha sustituido, pero para Samael lo más doloroso del infierno fue la ausencia del bien amado.

Las tinieblas, el averno, el purgatorio y demás inframundos irán adoptando las más variadas descripciones y fisonomías según pasan las civilizaciones. Pero para la tradición sufí, el infierno constituye la terrible soledad de la separación del amor.

21 comentarios:

Prometeo dijo...

La mayoría de los conflictos, también en la tierra, provienen de malentendidos. Como es abajo es arriba.

Muy bueno su blog.

Saludos

Claudia Sánchez dijo...

Cómo que Dios no comprendió...?
Te das cuenta de dónde parte la gran equivocación?
Si ya hay incomprensión en el cielo, qué esperamos que haya en la tierra?
Cómo que un ángel aborrece al hombre, creación divina...?
Te das cuenta? Si los ángeles tienen sentimientos humanos, qué les queda a los hombres?
Y sí... la consecuencia lógica de todo este malentendido, es que vivamos en el infierno, que es nuestro paso por la tierra.
Besos,

Marcela dijo...

Y es realmente más conmovedora, más comprensible y más dolorosa que otras tradiciones. Quizás esas contradicciones de Dios, ese cambio de idea, ese malinterpretar la desobediencia de su favorito, del más bello de los ángeles, explique nuestras contradicciones y malinterpretaciones. Nosotros somos su creación y estamos hechos a su semejanza...
Y además, esto nos confirma que desde siempre, desde el principio de los tiempos, no hay mayor dolor que la ausencia del bien amado.
Besos.

Daniel Os dijo...

Prometeo:
Tal vez nuestra visión terrenal nos lleve a suponer que Allá sucede lo mismo… si un Allá existiere. Caso contrario sólo estaríamos hablando de flaquezas humanas endosadas a las deidades.
D.

Daniel Os dijo...

Claudia:
Tu primera pregunta me revela un punto débil en la explicación sufí:
la incomprensión de un todopoderoso es en sí un oxímoron (quien todo lo puede no puede dejar de comprender). Entonces:
O me apuro a refutar la sustentación alegando que los sufíes le atribuían la ulterior disidencia del Cielo a Samael por saber previamente que iba a ser un ángel caído a punto de adoptar todas las formas y nombres que le conocemos hoy al diablo,
O me pongo ya mismo a investigar más sobre los sufíes… práctica que recomiendo y acepto sugerencias de bibliografía.
Un beso,
D.

Daniel Os dijo...

Marcela:
Comparto tus palabras que, sin embargo me dejan pensando qué tan probables sean.
¿Existe una génesis amorosa en la prehistoria del infierno o es una simple cotradicción humana? ¿Puede desearse la derrota de quien nos niega su amor a menos que se entregue a nuestros brazos? ¿Lucifer es sólo un tierno despechado? ¿Si Dios volviera a amarlo acabarían los males en los Cielos y la tierra? Dios que es todo amor, ¿no ama a Satanás? Satán que es todo inteligencia, ¿desconoce que Dios lo ama?
Me angustia la frontera borrosa que separa el bien del mal, pero más que el amor no sepa qué ribera habitar.
Gracias por pasar por aquí.
Un beso,
D.

Marcela dijo...

Quizá las contradicciones solo porque analizamos usando la lógica en algo que no busca tenerla.
Si no me equivoco, en ningún lugar de la biblia se dice que el diablo odie a Dios (pueden venir a corregirme) El Diablo, como decís en el post, odia al hombre.
En el libro de Job, Dios y el Diablo están charlando muy tranquilamente, y Dios accede al pedido de Lucifer de probar a Job, permitiéndole que experimente con el mas justo de los hombres, como lo harían en cualquier laboratorio con una ratoncito. ¿Dios quiere probarle a su ángel favorito, que se equivoca con los hombres? No hay enemistad allí. Es la liturgia católica, me parece, la que le agrega al diablo ciertos atributos más comunes en religiones paganas y lo enfrenta a Dios. Y eso sin contar a Dante, Milton y a otros escritores que nos redondearon una figura demoníaca que es la que tenemos hoy en la cabeza. (¡Y al exorcista!:)
Repito: la tradición sufí me gustó mucho.
(Es increíble, porque yo soy de hacer comentarios cortos, y con los temas que tocás vos me engancho y termino haciendo estas cosas...) Besos.

Daniel Os dijo...

Marcela:

Tal vez hayas dado con la clave: no buscarle lógica a lo que no la pretende. Hacia ahí va mi interés por la mística sufista, basándome en que su parelelo hebreo, la guematria y la Cabalá no atienden los relatos bíblicos desde un punto de vista religioso/moral sino poniendo su valor numérico al servicio de especulaciones esotéricas que arrojan otra forma de mensajes.

Con respecto a la extensión, bienvenida, de tus comentarios en contrapartida con tus hábitos, creeme que no es por consejo de Mefistófeles haberte hecho hacer estas cosas. Nada pretendo menos que hacer declinar la voluntad de una dama. Bueno, a veces sí.

D.

ade dijo...

- Parece que los famosos canales de la comunicación nunca funcionaron ni alla, si el alla existe, ni aca, si el aca no es sólo un espejismo. Un abrazo, es una interezante historia, me gustó leerla. Ade

ade dijo...

- El teclado de mi compu es confuso, como el aca y el alla confunde la "s" con la "Z". No soy yo, es mi lógica ansiedad que me supera. Ade
Pd: en el comentario anterior dije: interesante, no interezante, como creen que dije.

Daniel Os dijo...

Tranquila, Ade… no paza nada.
El inconveniente de tu teclado resultó ser muy ilustrativo para mostrar qué ocurre cuando la mejor de las intenciones entre dos sujetos no alcanza para dismunuir las averías en los canales de la comunicación.

Muchas gracias por tu visita,

D.

VAE VICTIS...!!! dijo...

DanielotOsss !!!
Interesantísimo post, como lo son siempre,los comentarios tambien.
Es precisamente un tema que para mi, no se como decirlo... me resulta dificil de explicar, quizas solo se entienda con la fe, pero la mia es poco ortodoxa.
Me mató el último párrafo: " el infierno constituye la terrible soledad de la separación del amor ", decirlo con mas palabras imposible, con menos tampoco.
Gracias querido amigo.
Un abrazo
vae

Daniel Os dijo...

Vemos, Vae, que la fe colectiva está en crisis sin la opción de un salvataje por parte de algún gobierno.

Quedan los individuos con fe, en conflicto con las instituciones que los contenían, igual que el dilema de Samael antes de ser expulsado de la jerarquía celestial.

Pero al no vislumbrarse proyecto alguno de deicidios en el horizonte cercano, tu poca ortodoxia no es reprochable sino consecutiva y admisible. Tal vez explorando distintas corrientes filosóficas, místicas o simplemente teologías "ajenas" nos sorprendamos con nuevas respuestas para viejos problemas.

Hoy me tocó enterarme de la definición del infierno como la supresión del amor… no sé si es cierto, pero viene siendo una buena excusa para conversar con amigos, que no es poca cosa.

Gracias por pasar,
D.

VAE VICTIS...!!! dijo...

Buen dia Daniel !!!
Siguiendo con el tema del amor creo que es el motor de todo, la energia primigenia, solo con ella hay creacion y sin ella se destruye pues una cualidad suya es el egoismo, que se ve reflejado en los celos. Hablando de celos: la mujer que mas amor me dice tener intento matarme en dos oporunidades...claro esta no sigo a su lado, la tercera puede que no sea solo un intento...
La seguimos mas tarde o cuando gustes amigo mio.
un abrazo
vae

Daniel Os dijo...

Vae:
Así que tenés tu propio Samael… (amores que matan nunca mueren).
Debe ser difícil tener que cuidarse del amor pero, por desgracia, prácticamente no estamos preparados ni para cuidarnos del odio.
Le deseo mucha mala suerte a esa enamorada en sus próximos emprendimientos y la seguimos cuando quieras.
D.

Anónimo dijo...

Muy interesante post. Borges compila en su libro “Del cielo y del infierno” diferentes versiones de esas regiones extremas del maniqueísmo. Nietzsche – padre espiritual de Torombolo- pregunta ¿Es el hombre un error de Dios, o Dios un error del hombre?
Creo que dios puede no existir. Me consta, en cambio, que el infierno y el paraíso son reales. Y que el amor, o su ausencia, son la prueba de esa realidad
Un abrazo.

Daniel Os dijo...

Muy buen aporte el de su participación, Guillermo. Me honra y agradezco su visita.

Sé que me expongo a que se me endilguen distintas formas de herejía por mi manera de exponerme a las lecturas sagradas con la misma curiosidad y suspicacia con que se observa hoy la mitología clásica, pero no planeo por ahora perderme lo que se pueda aprender de una perspectiva mística a la que soy ajeno.

Comparto su visión sobre la existencia del paraíso y el infierno… no por nada me considero potencialmente inmortal y viviendo a cuadra y media del Edén.

Gracias de nuevo por su visita.

D.

Silvio dijo...

El post es interesante y enriquecedor, pero siempre que se aborda esta cuestión del amor me pongo nervioso.

Perdón.

Daniel Os dijo...

¡Uy Dió!
Estás en el horno, Silvio
D.

Silvio dijo...

¿Vos crees?

Ahora entendés porque no comenté en el post de San Valentín...

Daniel Os dijo...

…pretender el amor de un tercero es someterlo a una prueba difícil que consiste en exigirle entrega total a cambio de creer que la de uno es similar y honesta.
Por más que la mayoría de la gente termina en pareja, casada y con hijos; dar en el mundo con la casualidad de ser amado por quien uno ama, es estadísticamente improbable.
Estamos en el horno, Silvio.
D.

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