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2 de abril de 2010

Chuí Yirrián

Chuí yirrián… chuí yirrián…

Y no consigo desenvolver esta espesura. Como si avanzar me estuviera vedado, el futuro no se revela a mi andar y no puedo más que escasamente adivinar la realidad más próxima.

Chuí yirrián… chuí yirrián…

Me guío por borrosas imágenes que lentamente se me animan. Me espantan los brillos que desfilan grotescos frente a mí y detengo mi marcha horrorizada hasta recuperar las breves certidumbres que, repentinamente, me invitan a avanzar hacia lo incierto… para rápido retirarse. Me paralizo. Entorno mi mirada y agudizo mis sentidos. Percibo que no estoy solo y, aturdido, sumo a mi esfuerzo el de procurar no golpearme con los demás que, también a tientas, avanzan a mi par en derrotado cortejo hacia el destino común.

Si tan sólo brillara el sol me atrevería a correr y desafiar al viento, pero apenas puedo avanzar a paso lisiado. Siento el impulso de estirar mi mano para abrirme camino y sonrío lánguidamente de figurarme ensayando tan estéril ceremonia.

Pesadas gotas caen de a millones y se interrumpen sobre mi parabrisas disminuyendo inoportunamente la visibilidad en la autopista. Y encima de que está todo empañado no se escucha un pito la radio, que ando con las escobillas gastadas y meten ese ruidito monótono que no deja escuchar el partido…

Chuí yirrián… chuí yirrián…



















34 comentarios:

Podestá Carlos dijo...

Casi un autentico Lovecraft.
Chau.

Daniel Os dijo...

Muchas gracias, mi querido Carlos, tremenda comparación de la que me veo obligado a desmarcarme por respeto a la obra del gran Howard Phillips… en lo que sí se parece este cuento con los de él es en lo difícil de pronunciarlos.

Un abrazo,
D.

Maga h dijo...

Sin duda podría tratarse de un cuento de ciencia ficción de Lovecraft, pero a mi se me ha representado un humano tratando de seguir adelante en la mismísima vida.
Siempre un placer para mí venir a leerlo.

Abrazos

Romina E. dijo...

he escuchado por ahi que en la forma que manejas es la manera en la que uno conduce en su vida.
Que pena tanta lluvia, aproveche para limpiar bien limpio el auto.
Besos!

miralunas dijo...

pudiera ser Lovecraft, pero me gusta que sea un auténtico D.Os! me puesto erizados los pelitos de la nuca con ese sonido horroroso e intermitente...
y luego me ha parecido como a magah "un humano tratando de seguir adelante en la mismísima vida", y hasn seguido erizdoslos pelitos de mi nuca.

chapò!

miralunas dijo...

aun ahora que para comentarlo lo he leido por segunda vez, omití decirle.
e insito:

chapò!

Daniel Os dijo...

Las viejas escobillas, querida Magah, fueron removidas y en su lugar instaladas unas nuevas y silenciosas para las que deduje de mi cuenta una cifra menor… la alegoría de la vida corre por cuenta suya.

Aunque pensándolo bien, buen negocio sería el de la venta de limpiaparabrisas para destinos empañados.

¿Vamo y vamo?
D.

Daniel Os dijo...

Muy ingenioso comparar la manera de manejar con la de manejarse, joven poetisa Romina, tiene un potencial inacabable de metáforas sobre el camino, el conductor prudente, el arriesgado, la relación con los compañeros de ruta, etc. etc. etc. Te agradezco que lo hayas traído por acá, me deja pensando en mí mismo y, la primera conclusión es la tranquilidad de en pleno torrencial apenas preocuparme por no poder oír la radio.

Igual era ficción… no sigo el fútbol.

Un beso grande,
D.

Daniel Os dijo...

Me disculpo públicamente, Miralunas, por haberla despeinado con mi cuento… si le sirve de consuelo fíjese nomás cómo he quedado yo mismo de tanto releerme…

Fuera de broma, muchas gracias por sus palabras.

D.

Daniel Os dijo...

Me hizo acordar, Miralunas, algo que le escuché improvisar hace poco a Dolina y me pareció muy divertido. Era más o menos así:

Llamar al vino vin o al pan pain
me parece que está bien.
Pero al sombrero chapeau
¡La pucha que los tiró!


Marcela dijo...

Si hay algo que me gusta es encontrar metáforas en las cosas más comunes, simples, cotidianas.
Tener que continuar andando, aunque el futuro se vea borroso, (y además escuchar el chirrido de las escobillas gastadas!) es muy cotidiano, arriba y abajo de un auto.
Y a veces hay que saber detenerse y esperar a que mejore el clima, para no darnos un palo de aquellos...
Beso!

antonia obiol y corcoll dijo...

Interesante relato.
Como llega un señor adulto, responsable y aficionado al futbol a no cambiar las plumillas antes de las lluvias???
AOC.

Daniel Os dijo...

Me parece, Marcela, que tomar enseñanzas de las cosas cotidianas es una manifestación de inteligencia a la que estamos obligados. Si tuviéramos que esperar a que nos pasara algo fantástico que nos dejara una lección podríamos pasar la vida entera sin sacar conclusiones.

Sin embargo, no todo el mundo se mete a metaforizar con las pequeñeces que le suceden y, puntualmente en el tema de los caminos, a pocos les leí tanta ficción ni tanta reflexión como a vos. Mi sensación sobre el tema es que la vida es en sí el camino, que es de una sola mano y no existe retomar ni meter la marcha atrás… pero si uno tiene el mapa más o menos claro, puede tranquilamente no detenerse por un torrencial aunque sí aminorar por precaución.

Y si no podemos evitar el accidente… también algo aprenderemos.

Circulando, por favor. Un beso,
D.

Daniel Os dijo...

Y que usted lo pregunte… mi querida Toñita, siendo de los pocos que pasean por este espacio a pesar de haberme conocido en carne y hueso y compartido horas dentro de un mismo auto.

Bien lo sabe, en lo único que me parezco al caballero que usted describe es que ambos cambiamos las plumillas a destiempo.

Un beso muy grande y un abrazo a su rodado acompañante, con quienes he andado de los más bonitos tramos de asfalto que recuerdo.
D.

Sergio Vasilev dijo...

Eran las escobillas de un limpiaparabrisas o las ruedas de un carrito tracción a sangre, destinos muy distintos, pero con la misma incertidumbre al final del camino.

Lo leí escuchando "Dawn" de Soil & Pimp sessions y sabe que el jazz se me hace mucho a lluvia golpeando sobre el capó.

Un abrazo.

Daniel Os dijo...

Prácticamente nada he escuchado, Tavo, de jazz japonés, pero para responder apenas más responsablemente a su comentario, salí en busca de esa banda y de ese tema. Para mi sorpresa fusionaban jazz con punk y eso lo acerca más a mis vecindarios musicales pero también noté que el baterista (de quien, con esfuerzo, resisto la tentación de llamarlo colega), hace unas maravillas que tranquilamente pueden identificarse con el repiqueteo de la lluvia contra la carrocería del auto.

Fíjese que llegar hasta el Japón invocando las ruedas de un carro tirado por caballos es proponerse un camino largo. Lo bien que hace en proveerse de buena música.

Un abrazo,
D.

Mercedes Pajarón dijo...

Hoy me he levantado esotérica y tras disfrutar de una lectura rica en imágenes inteligentemente inquietantes, se me ha ocurrido pensar: "¿Y si el limpiaparabrisas quería transmitir un mensaje en una lengua desconocida para nosotros? "Chuí yirrián… chuí yirrián…" ¿Significará algo?

Con la terrible duda de un mensaje en clave o simplemente de unas escobillas agónicas, me despido, eso sí, siempre admirada de su buen hacer con la pluma.

Anónimo dijo...

Tener que caminar en esta vida llena de problemas y sin una mano amiga que nos ayude y de yapa tener que estar continuamente oyendo esa vocesita que reclama mas y mas de algo que nunca se podra complacer...es para tirarlo todo por la borda e irse al diablo.

MAR dijo...

Chuí Yirrián...los días grises y la lluvia me llega a doler ami...
Besos para ti.
mar

Sebastián Leonangeli dijo...

Sería un parabrisas metafórico no? O capaz que se me dió por volarme demasiado y realmente ibas en el auto y te jodía el chirrín del limpiaparabrisas... dios sabe que es un mal constante.
Abrazo!

Andrea Doria dijo...

Me gusta mucho!!!.... todo identidad de Daniel Os.

Daniel Os dijo...

El “hoy me he levantado”, Merceditas, es una características femeninas que más me gustan. Sólo las mujeres admiten fluctuaciones en su carácter y a la larga son más versátiles que los acartonados que durante treinta años defienden posturas inflexibles y jamás cambian su peinado como si eso alterara sus principios. Pero eso es otro asunto… vamos al tema.

Después de tantas décadas de organismos de inteligencia intentando descifrar claves ocultas entre las frecuencias de las radios, suena probable que Toyota, Ford o Volkswagen estén trabajando para los gobiernos de Japón, Estados Unidos o Alemania enviando mensajes a través de los limpiaparabrisas gastados. Seguramente “chuí yirrián” en algún código secreto signifique: “hora de renovar las escobillas”.

Muchas gracias por tu crédito, honestamente lo aprecio mucho.
D.

Daniel Os dijo...

No se vaya a ningún lado, Tauro, si cada vez que llovió paró… escuchamos un par de voces inesperadas, atendemos algunas y desatendemos unas cuantas decenas. Qué nos vamos a poner a calificar la vida si aparentemente es mejor que lo otro… de lo que sí que no hay salida.

Un abrazo, hombre y tire para adelante aunque se le empañe el vidrio.
D.

Daniel Os dijo...

Pero Mar… si la lluvia llena los ríos y los ríos desembocan en el mar, cómo vas a dejar que un día gris te acongoje. Vamos, amiga, salga a jugar con los charcos como los niños y no permita que un nubarrón le tiña el alma de gris.

Un beso grande,
D.

Daniel Os dijo...

Me quedaría más canchero, Seba, volarme con que mi vida es un cúmulo de metáforas y enseñanzas que se me presnetan en el camino pero lo cierto es que cambio las escobillas cuando el estruendo me obliga a apagar la radio… lo demás se puede leer.

Un abrazo, caballero.
D.

Daniel Os dijo...

No me agrandes, Andreíta, que me puedo poner insoportable… Fuera de broma, me alegra mucho saber que lo disfrutaste.

Un beso grande,
D.

Acido dijo...

Que lindo que escribis.



Pense y repense cómo decirtelo en forma adornada. y solo se me ocurrió eso. simple y concreto.

Daniel Os dijo...

Muchas gracias, Rochi, pero fijate que por mucho que tomé cursos de dactilogarfía pandactilar, termino usando los dos índices como ametralladoras.

Bueno, ok, chiste bobo para no ruborizarme... gracias de verdad.
D.

SILVIA dijo...

¡de vuelta a la normalidad! Perdón por mi ausencia; estuve de "mini-vacaciones". Besitos!!!

Alma Mateos Taborda dijo...

Muy bello blog, interesante y entretenido. Escribes magistralmente y se disfruta de imágenes incomparables en tus textos. Felicitaciones! Un abrazo. Te sigo.

MONDO FRANKO dijo...

Se me había pasado este cuento. Me gustó... No tuvo la tentación de dejar todo y salir a la lluvia y llegar a su casa antes que su auto? Las escobillas al ritmo de Crua Chan... de Sumo... se me vino al leer su onomatopeya. Un abrazo maestro, lo leo aunque por un problema en mi vista me cuesta horrores ver letras sobre fondos negros jajajaj. La edad... juaaass otro abrazo mas... y un beso de blogger macho a blogger macho

Daniel Os dijo...

Cuánto lamento, Silvita, que vuelvas a la normalidad... aunque si entre las cosas normales es volver a contar con tu visita, te perdono que se te hayan acabado las vacaciones.

Bienvenida de regreso.
Besos,
D.

Daniel Os dijo...

Te agradezco mucho el comentario, Alma, espero que tus expectativas no rebasen lo que pueda ofrecer con mis letras, pero no dudes que no dejaré de intentarlo.

Un beso grande y prometo visitar tu espacio en breve.
D.

Daniel Os dijo...

Cómo te entiendo, Pablo, si supieras la cantidad de cuentos míos que se me han pasado... al fin de cuentas, ésto no es más que un rejunte insolente de lo que la memoria aún no ajustició.

Con respecto al problema de la vista, se me ocurre como solución acercarse por acá a ojos cerrados mientras traiga recuerdos del gran Luca. Lo que sí prometo no mantenerlos cerrados para los besos... varoniles, bien argentos y familiares.

Estamos en contacto,
D.

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