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17 de junio de 2011

Ciento Dieciséis

Ciento dieciséis días pasó de rodillas buscando entre la grama las sesenta piedras deshilvanadas de su collar. Solo cuarenta y tres halló y las enhebró con pulso agobiado y voluntad temblorosa. Al cobrar su antigua elegancia, vistió su joya más preciada y tomó el camino de la ciudad… jamás dudó que la apostaría a un solo número en el casino.

46 comentarios:

chalyvera@gmail.com dijo...

"O todo o nada"

Abrazos

Daniel Os dijo...

Hay gente así de extrema, Tauro, que prefiere tomar el riesgo de perder todo antes que quedarse con una parte melancólica de lo que se suponía que iba a ser… y tal vez hasta gane todo lo arriesgado.

La vida es azar, conviene vivirla como un juego.
D.

MAR dijo...

Sí como un juego, si al final es eso...somos nosotros las que la tomamos demasiado enserio.
Yo apuesto a ganador....más qeu en lo material en lo anímico.
Cariños para ti.
mar

Daniel Os dijo...

¡Vamos, Mar! No tengo dudas de que vas a salir triunfante.
Un beso,
D.

Marcela dijo...

Se que debería pensar en que esa única apuesta va a ser exitosa, pero, como siempre, pienso lo peor y quizá, si algo sale mal, puede volver al lugar de las piedras deshilvanadas y buscar con más insistencia las que no encontró y por lo tanto no apostó. Quizá el destino protegió esas 17 piedras, para después.
Beso.

Romina E. dijo...

Apegos le faltan...que bueno poder jugarsela así...
beso!

Malena dijo...

Lo que no me queda claro es si le iba a jugar todo al 13 o al 17. Pero cualquiera de los dos es de mal augurio.

Daniel Os dijo...

Puede suceder que gane y luego encuentre las restantes, Marcela, que también las apueste, que pierda unas de ellas, que encuentre otras en otro jardín, que luego cambie de juego y las luzca… nunca sabremos qué ocurrirá, estamos jugados.

Un beso,
D.

Daniel Os dijo...

A veces no tenemos la capacidad de entender, Romina, si los apegos son anclas que nos cobijan en buen puerto o que no nos dejan navegar. Es de valientes exponerla al azar, tal vez de inconcientes también.

Besos, amiga.
D.

Daniel Os dijo...

Fijate, Malena, que justo en el medio de esos dos números dadores de desdichas, se encuentra nada menos que el más preciado… bien valen esas dos batallas si al final se la alcanza.

Un beso,
D.

antonia obiol y corcoll dijo...

Me-preocupa-el-destino-de-las-17-piedras-perdidas.Aunque-apostar-puede-ser-tambien-otra-perdida...
Besos
AOC.

Daniel Os dijo...

Tal vez esas diecisiete, Antonita, sean las piedras con las que no contamos aún sin haberlas perdido. A veces jugamos todo en el casino sin haberlo notado.

Besos para tí,
D.

SILVIA dijo...

"Me dijo mi madre que porfiara, pero que nunca apostara..."
Un abrazo!!

Daniel Os dijo...

¡Te apuesto a que tu madre es una porfiada! …coincido con ella, Silvia en no arriesgar en unos minutos lo que tomó ciento dieciséis días recuperar, pero recordemos que no toda apuesta es al azar.

Un beso,
D.

agalmana dijo...

En el verano se me rompió un collar en una fiesta en un jardín! Amables invitados me ayudaron a buscar canutillos y adornos. Con lo encontrado, diseñé un nuevo collar. Extraño sólo de a ratos al que era, ahora me gusta más.
Una metáfora de mí misma
Beso

Daniel Os dijo...

Celebro tu capacidad de reinventarte y reconstruirte, Agalmana, mientras te doy la bienvenida por este rinconcito insolvente de internet.

Un beso abriendo redes,
D.

Malena dijo...

Ese collar estaba destinado a una niña bonita, sin duda.

Malena dijo...

Y lo más importante quedó afuera del comentario anterior!!!

FELIZ DÍA.

Un beso muy grande.

agalmana dijo...

Gracias por la calidez del rinconcito.
¡Muy feliz día!

Daniel Os dijo...

¿Y quién puede afirmar que ganar esa jugada no sea la tercera desdicha?

¡¡¡Muchas gracias, Malena!!!


-•-•-•-•-•-•-•-

¡¡¡Muchas gracias, Agalmana!!!

Carolina dijo...

hay que arriesgarse por los tesoros mas preciados...vale la pena.

Daniel Os dijo...

Opinamos similar, Carolina, y si fuera posible me gustaría poder identificar a tiempo si era preciado o simplemente brilloso.

Una alegría tenerte de nuevo por aquí, hacía tiempo que no nos veíamos.

Un beso,
D.

Mercedes Pajarón dijo...

¿Fue la rotura del collar una señal? Cuando murió de puro viejo nuestro primer coche, le hice una sesión fotográfica-homenaje antes de que se lo llevaran para fabricar latas de conserva; cuando enfoqué el cuentakilómetros, tuve un presentimiento: busqué entonces esa cifra en forma de billete de lotería, lo conseguí...y sólo el caprichoso número central hizo que ganara un premio menor y no uno millonario. Pero señor Os, para mí el premio ya había sido otro.
Su perfecto micro relato ha sido el té y la magdalena proustiana de mi desayuno.

Ciento dieciséis besos.

Daniel Os dijo...

El premio es lo experimentado, Mercedes, qué buena visión… ¿será por eso que a nuestro personaje le daba lo mismo perder su joya en el casino que vestir sus vestigios?

Engárceme un collar de madalenas que me siento a su desayuno.
D.

soylauraO dijo...

A veces pienso que el apostador compulsivo es un "laburicida"; un esclavo barato por elección, un despreciador de su propia oportunidad; pero, particularmente un bloqueado o taponado, mejor dicho; pues, nunca circuló por su mente la real majestad de la lógica matemática de las probabilidades. QUINIELA paga 70/100, es decir, setenta aportan para uno y treinta "mantienen" al sistema...JA, y después nos quejamos de los impuestos
http://enfugayremolino.blogspot.com/

Maga h dijo...

Causas nobles según las distintas miradas.
Los respetables puntos de vista a cerca de la importancia de algunas cosas, a cerca del destino de las mismas...en definitiva a cerca de nuestro propio destino.

Y que hayas pasado un lindo día con tus hijos.
Abrazo fuerte!

David Cotos dijo...

que suerte.

Daniel Os dijo...

Confieso, Laura, no sin una dosis de orgullo y otra de vergüenza, que tampoco he sabido apreciar el sabor de tal majestad… sin embargo, sí he podido experimentar la adrenalina de arriesgar ciertos equilibrios para ver realizadas promesas de mayor alcance.

Cómo demostrar no ser un jugador compulsivo tras afirmar que la sensación es extraordinaria.

Besos probablemente enriquecedores,
D.

Daniel Os dijo...

Son puntos de vista, Magah, y espero que con la ventaja de darse el permiso de modificarlos… en determinadas circunstancias actuamos de una manera, y en otras de modo diferente. Pero los cambios sí que no son por azar.

Fue un hermoso domingo, amiga, lo he disfrutado mucho. ¡Muchas gracias!

D.

Daniel Os dijo...

Suertes que corremos, David.

Un abrazo,
D.

soylauraO dijo...

Aplausos a las sensaciones extraordinarias que quitan la modorra a la rutina; siempre y cuando no revienten la psicología y el equilibrio familiar.
Darse un gusto y ratonearse previamente es tan saludable como disfrutar un chocolate.
Entiendo que el juego físico de los niños se transforme en juego mental en los grandes,cuya madurez es quien levanta las asentaderas de las mesas de apuestas cuando llega el momento de guardar soldado para otra batalla.
Yo creí que se iba a hacer una pulsera con las sobras, no que iría sembrando las perlas del collar "tras las patas de un tungo roncador"o en el bingo.
Acepto lo de enriquecedor, para que lo más importante no se quede afuera.
http://enfugayremolino.blogspot.com/

Daniel Os dijo...

Muy ingeniosa, Laura, recuérdeme que le debo un chocolate.
D.

Marcelo dijo...

No todas las joyas son merecedoras de una apuesta en la que nos jugamos mucho más que una joya.
Un abrazo

Liberatrice dijo...

Lo que me gusta es que no tuvo beneficio de la duda, y que juntó esas 43 perlas. Ahora engaladornada en el, solo ella sabrá que número merece de esa dicha.
besos Dani :)

MONDO FRANKO dijo...

que paciencia la suya de contestarnos a todos y cada uno. Obvio lo imagino enhebrando ese collar también. Un abrazo Maestro

mariarosa dijo...

¡¡Muy bueno!!

Con tal de ir elegante al casino, todo es posible.

mariarosa

SALVA TU PIEL dijo...

Más allá de toda situación
El que juega por necesidad pierde por obligación, me decía mi abuelo, el padre de mi padre y a través de tanto camino recorrido, he podido comprobar cuanto hay de cierto en esto. He visto jugar a un jefe mío, impunemente, descaradamente, en cada postura de ruleta, el equivalente a dos sueldos míos y después se preguntaba, en sus ratos depresivos, el porqué no lograba agradar a la gente... En fin... cómo prefiero mirar el vaso medio lleno, doy por sentado que si esta bella dama apostó al 43 ganó.. A que no existe el 43 en la ruleta ni en ningún otro juego del casino... Pues, entonces la cagamos, joder, fue a pavonearse luciendo su medio collar y no a jugar, pues.
Dejo un saludo, entré porque me fuiste recomendado por mi padre, uno al que nunca le oí hablar de juego alguno. Hasta ahora lo visto me ha gustado. He de seguirte

Daniel Os dijo...

Lo incierto de esa tarea, Marcelo, es descubrir a tiempo cuál es la joya por la que apostaríamos hasta nuestras vidas y cuáles otras nos tienen a nosotros como una simple apuesta.

Buena suerte,
D.

Daniel Os dijo...

Nos sucede con preocupante frecuencia, Liberatrice, que recibimos a destiempo las noticias que nos hubieran hecho dichosos. Y supongo que está bien, que la dicha anunciada vale menos, que conviene apostar a algunos números aunque después salgan otros… no siempre eso significa perder.

Un beso,
D.

Daniel Os dijo...

No es paciencia, Pablo, es entusiasmo. Ya sabré si fue por caprichoso o epicúreo, pero enhebramos a nuestras vidas las piedras que mejor nos engalanan.

Un abrazo amigo,
D.

Daniel Os dijo...

Claro, María Rosa, perdemos la elegancia y no salimos del terreno de la perdición.

Gracias por la visita, bienvenida.
D.

Daniel Os dijo...

Por lo que me contás, Salva tu Piel, veo que conozco a tu padre. Todavía no sé bien de quién hablamos pero entiendo que es un hombre de mejores sentimientos que gustos literarios, sin embargo le agradezco mucho que te haya recomendado darte una vuelta por acá.

Y en algo más estamos de acuerdo… en apostar más a los afectos que a los números, aunque de los números esquivos parece que sí hay retorno.

Un abrazo fuerte, y bienvenido por este espacio,
D.

SALVA TU PIEL dijo...

Daniel Os
No creo que le conozcas personalmente, se que han establecido una afectuosa relación mediante su blog. No soy yo para juzgar si tiene buenos sentimientos o no, no sería imparcial en mis dichos ya que jugarían las emociones que uno lleva dentro, además de la consanguinidad, claro, lo que si le digo es que gracias a él aprendí el hábito de la lectura, buena o mala, he de leerla para juzgarla. Crecí en una casa en la que, hoy día, no se distinguen paredes, están ocultas tras los libros y pinturas...
Y en mi modestísima opinión de los sentimientos esquivos también hay retorno... El ser humano tiene la capacidad intelectual, física y emocional de reinventarse a si mismo cada día hasta su muerte.
Siempre un camino alternativo puede pasar a ser el principal en nuestro incierto destino.
Bueno me extendí en demasía y no pretendo aburrirle con mis elucubraciones mentales.
Un Abrazo

Daniel Os dijo...

No hay demasías mientras estés a gusto. Un placer contar con tu opinión.
D.

Carlos Podesta dijo...

Hola:tiempo ha que no escribíate.
El que no se que piel quiere salvar, viene a ser mi hijo.
Si bien no te lo digo, sigo leyéndote con interés.
Un abrazo

Daniel Os dijo...

Pero, mi querido Podestá, suficientemente grave es andar perdiendo el tiempo leyendo cosas insolventes como las que aparecen por acá, como para encima recomendárselo a las siguientes generaciones…

Lo valoro mucho, y agradezco que me haya mandado un dermatólogo.

Un abrazo caluroso,
D.

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