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13 de diciembre de 2009

Hasta Aquí Llegué

A menudo la continuidad en torno a una situación laboral, afectiva o recreativa se nos convierte en un lastre del que nos atrae la idea de renunciar. Que la rutina hace estragos, que la motivación inicial se disipó hace lustros o que cueste cada vez más esfuerzo provocar un momento grato, nos opaca y hasta puede llegar a paralizarnos de todo tipo de acción constructiva.

A veces un golpe de suerte o un mal atendido brillo de actividad mental puede devolvernos al camino de encontrar reemplazo para nuestro tedio o, simplemente, nos atrevemos a tomar distancia entregándonos a los caprichos que el destino nos tuviera reservados.

No sobra ir preparando, para manotear cuando las papas quemen, un buen discurso de despedida. A tal efecto tendremos que enumerar una serie de categorías de renuncias, a cuales distintos discursos corresponderán.

  1. Renuncia Estratégica
  2. Renuncia Enjundiosa
  3. Renuncia Ilustrada
  4. Renuncia Disolutiva



1. Discurso de Renuncia Estratégica:
(Ideal para ser utilizado cuando una tentadora oferta laboral promete reemplazar la vigente aunque no estemos seguros de que al poco tiempo prefiramos regresar. Se sugiere hacer entrega de este discurso tipeado en papel elegante y firmado con tinta azul).

Sr. Víctor Arreondo,
Gerente de Recursos Humanos.
De mi mayor consideración:

Por la presente me dirijo a Usted a los efectos de concretar mi desvinculación del cargo que ejecuto para esta empresa. Años de aprendizaje y el recuerdo de grandes nombres me acompañan en esta salida, por lo que no me llevo dudas de cuánto mi paso por este establecimiento aportará a mi próxima etapa profesional.

Sin más que agradecimientos y el escondido anhelo de un próximo reencuentro, me despido muy afectuosamente.

___________________
(Mi firma)




2. Discurso de Renuncia Enjundiosa:
(Si bien es uno de los discursos favoritos de las mayorías, cabe precisar que tras él no sólo no existe la vuelta atrás sino que es posible que la ilación de la idea fuera interrumpida por las fuerzas de seguridad. Se recomienda entregar el discurso verbalmente tras un conflicto y ante la presencia de personas no involucradas en el mismo, enfatizando los conceptos con movimiento de manos y sin concentrarse en reprimir el total de espumarajos accidentales que la vehemencia provocare. Chístele al destinatario y llámelo con el dedo para atraer su atención).

¡A usted que se mete en su cubículo pasando por al lado de medio mundo sin mirarlos a la cara. No me esquive más, Arreondo, y si es varón venga y escúcheme. Al final parece que más que trabajar se está refugiando de enterarse un par de verdades que nadie le refregó todavía por la cara. Me importa un comino que esta partida de imbéciles le tenga miedo, nadie lo respeta y no quiera enterarse de los apodos y caricaturas suyas que se intercambian a escondidas. ¿Sabe qué? Usted es tipo chato y que en esta empresa de morondanga le haya tocado ese puestito que tan feliz lo hace me lo demuestra. ¿De verdad se piensa que por poner cara de ogro y pegar unos gritos tiene más poder que los demás? ¿Alguna vez se puso a pensar que para que sus jefes no lo echen usted necesita de este equipo? O sea que si todos los que estamos acá nos ponemos a rascar la panza usted no sirve para nada. Mire, titular de la Cátedra de la Infelicidad, hace años que lo conozco y hace años que lo veo con ese mismo pantalón gris y la misma corbata aceitosa, la foto suya debieran ponerla en el diccionario al lado de la definición de Don Nadie… ¿qué le hace pensar que acá uno trabaja para sacar algo más que el suelducho miserable que usted reparte? Gómez, de archivo, acaba de cobrar la herencia de su suegra, el pelado Manzini se jubila en Marzo y la buscona de Bagioni está a punto de estrenar sus siliconas con el hijo del dueño… ¿Sabe qué queda de su equipo de acá a tres meses? Usted, su cara de gusano y sus limitaciones. Grite todo lo que quiera, yo con usted no me quedo solo ni un segundo más. Mi teléfono lo tiene, o me llama para darme el puesto y el sueldo que me prometió hace cuatro años o nos encontramos en el Cielo, usted llega porque le faltó coraje para hacer el mal y yo porque infierno ya tuve acá! (Portazo).




3. Discurso de Renuncia Ilustrada:
(Aplica a situaciones donde bien podría utilizarse el Discurso Enjundioso, pero exige características flemáticas en la personalidad del renunciante. Se sugiere utilizar el discurso en un sitio público que neutralice los rangos de las dos partes. Un café parece ser la escenografía ideal).

¿Qué tomás, Arreondo? Dejá que yo invito.

Mirá que son años trabajando juntos y nos seguimos llamando por nuestros apellidos… La verdad es que tenemos estilos muy diferentes de trabajo y creo que ha servido por algún tiempo pero sería correcto asumir que ya no estamos sacando lo mejor el uno del otro. Fijate Víctor, te puedo llamar así ¿verdad?, que vos desde tu puesto y yo desde el mío tendríamos que tirar para el mismo lado como dos bueyes de una misma carreta, que es esta empresa, pero te he notado más tratando de imponer tu voluntad que trabajando con tu equipo. Te imagino estresado, ¿pensaste que a tu edad te merecés más beneficios o que se te respete mejor acá adentro? Yo no soy tanto menor que vos pero sí lo he pensado para mí. Hace poco alguien me recordó el “Vencer no es convencer” de Unamuno y me da rabia asociarlo con vos y no con la gente que está arriba nuestro. ¿Te parece que nos desvinculemos acá antes de que no podamos ni mirarnos a la cara? Víctor, vencer no es convencer vas a vencer porque tenés la autoridad, pero convencer es persuadir y para persuadir te falta algo que no estás usando: la razón.

¿Tomás algo más o vamos saliendo? El lunes voy a pasar un rato por la empresa a la tardecita y ahí acordamos las condiciones de mi renuncia. Cualquier cosita que necesites, llamame.




4. Discurso de Renuncia Disolutiva:
(Para este tipo de renuncia no hay previsto discurso, a lo máximo se pronuncia moderadamente “salgo” si la contigüidad de algún personaje menor fuera inevitable. La renuncia disolutiva es probablemente mi favorita y consiste en abandonar disimuladamente el lugar con extrema austeridad de movimientos, sin guardar herramientas de trabajo, echar llave a los cajones ni apagar monitores. Me imagino dejando un abrigo colgado del respaldo de la silla y algunas lapiceras destapadas sobre el escritorio induciendo falsamente a la sensación de continuidad. Conviene renunciar disolutivamente a media mañana o dos horas antes del horario habitual de salida, para que un rato o unos días después si alguien preguntara por el funcionario que ocupaba ese asiento no se hallaran respuestas… como si se hubiera disuelto).







36 comentarios:

Jove Kovic dijo...

"Una retirada a tiempo es una victoria" - Como no sé sí te vas de aquí o de tu trabajo, o no te vas de ningún sitio, te dejo la frase de Napoleón o de Federico el Grande, que siempre le hace quedar en buen lugar a uno-.

Daniel Os dijo...

En honor a la verdad, Jove, no tenía planes inmediatos de retirarme aún de aquí ni de algún otro sitio… nada indica que no me ocurra algún día, pero de haber hecho y dicho lo necesario durante mi gestión, me gustaría irme en silencio.

Buenas citas, las agradezco mucho, sepa que también sin ellas por acá se le tiene en muy buen lugar.

D.

Susi DelaTorre dijo...

Me alegro de saber que de aquí por lo menos no te irás Disolviendo...

Genial y con un humor especial, que casi me hizo recrearme en cada una de las renuncias. Elegiré alguna para algún abandono futuro o por lo menos, soñaré con ellas y con la Lotería, conjuntamente!

Es broma, un abrazo, Daniel!

Marcela dijo...

Era prácticamente una niña la primera vez que renuncié a un trabajo. Llegué a horario, miré a mi jefe a la cara(lo recuerdo como a una de las personas más desagradables con las que me he cruzado) y le dije: "Hola, vengo a renunciar". Nada más. Ahora pienso que debería haber preparado algo, un discursito, un carterazo, algo...
De ahora en más tendré en cuenta los distintos tipos de discursos para futuras e inevitables renuncias...
Besos.

☀Pau☀ dijo...

Pensé que renunciabas al blog!!!!
Que bueno que seguis, no te vayas nunca y menos si seguís escribiendo con ese humor tan lindo!
Un beso grandote!!!!

SILVIA dijo...

Ufff!!! Que alivio saber que al menos, de aqui no te retiras. Vaya susto que me diste Daniel, con lo que yo disfruto viniendo a verte.
Me apunto todos los discursos...por si acaso.
Mil besitos!!!

Steki dijo...

Uffffff, qué susto, amigo! VEo que fuimos varias las asustadas, jaja.
Mirá, en este momento y a la edad que tengo que estoy más cerca de jubilarme, no renuncio ni en pepe. A mí que me renuncien.
Ahora que lo pienso bien, nunca me echaron y renuncié a un trabajo cuando tuve a mi primera hija y en otros dos trabajos se vendió la empresa en la que trabajaba así que fue una circunstancia particular. Nos fuimos con plata.
El trabajo en el diario me gusta, estoy bien. No gano bien pero... quién lo hace en este país? Por lo menos tengo trabajo y eso, a mi edad, no es poca cosa.
Bueno, me alegra que no te hayas ido a ninguna parte, jaja.
Besote y feliz domingo para la juventud!

Sergio Vasilev dijo...

Ja-ja-ja!

De la experiencia personal diré que siempre me he plegado a la disolutiva, aunque sólo en un caso se adaptó 100% al caso teórico ut supra explicitado*, en los otros había tanto de enjundioso o ilustrada, en cuanto a la bronca contenida, que el lapso de permanencia que le dí a las empresas fue de disolutiva.

Los años, la experiencia y el budismo zen me hacen preveer una estratégica para la próxima desvinculación deseada, no con ánimos de un zaratústrico retorno, sino al sólo fin de darle una brisa de paz a mis sangrientas relaciones laborales.

Abrazo Os!


* para quien tenga paciencia de anoticiarse: Iba a cobrar el negro con la certeza de que si no me aumentaban los míseros 200 pesos convenidos al inicio de la relaciones laborales me hacía aire. Ya con predestinada sensación, había recogido el portaretratos de la familia y demás utensilios personales. Al hacerme del efectivo y el recibo, lejos de encontrar el aumento, noté un descuento importante en concepto de un lote reprocesado del cual me compartían la responsabilidad... Obviamente para ellos fue un recuerdo, para nada grato.

Maga h dijo...

La única vez que renuncié sintiéndome feliz por la determinación, mas allá del incierto panorama que se me presentaba, lo hice de manera disolutiva. Volvería a hacer lo mismo cuando nuevamente renuncie en busqueda de nuevos horizontes. Me imagino saliendo nuevamente, dejando rastros habituales y llena de satisfacción por no volver mas y disfrutarlo en la mejor soledad, esa que te hace sonreir por tus "picardias".
Además esta manera ahorra energias y disgustos.
Saludos Os!

Daniel Os dijo...

Escojé el discurso que mejor te acondicione, Lasosita, no te voy a cobrar nada. Ahora, ya que comenzamos a negociar, quisiera hablar también de qué harías si te ganaras la Lotería…

Un gran abrazo también para vos,
D.

Daniel Os dijo...

No puedo creer, Marcela, que hayas dejado pasar la oportunidad de comportarte histriónicamente, aprovechar la impunidad que da el desaparecerse y sobreactuar una exigencia de respeto y valoración… Bueno, yo también he tenido una primera renuncia digna de ser olvidada.

Un beso,
D.

Daniel Os dijo...

Gracias por los elogios, Pau, y si aporta en tranquilidad te aseguro que al menos hoy no renuncio al blog luego de tantas muestras afectuosas. Y hablando de blogs y despedidas, ¿tu blog está cerrado para siempre o podemos esperar un retorno triunfal?

Otro beso para vos,
D.

Daniel Os dijo...

No me hagas sentir tan indispensable, Silvia, me lo voy a terminar creyendo y no voy a querer renunciar ni cuando las masas me lo reclamen. Mejor por las dudas también me guardo los discursos.

Un beso grande,
D.

Daniel Os dijo...

Pero, ¿dónde me podría ir, Steki? De la forma que me tratan acá sólo a los empujones me sacan. Ahora, lo de renunciar al trabajo no creas que no me tienta con altos índices de irresponsabilidad… sobre todo en un feliz domingo.

Besote también para vos,
D.

Daniel Os dijo...

Seguramente la retirada disolutiva, Tavo, deja abierto un enigma en el ambiente laboral que uno abandona sin dejar rastros, ideal para aplicar en aquellas relaciones laborales que no dejan rastros en uno. ¿Quién notará primero la ausencia de uno, bajo qué circunstancias, qué comentarios despertará? Tal vez ni lo noten y el enigma sea sólo el que uno se lleva…

En su caso quedó al menos un desagradable recuerdo, buena forma de no ser olvidado en algunos sitios.

Un grato saludo,
D.

Daniel Os dijo...

Es cierto, Magah, y además ahorrar energías y disgustos, también alberga la sensación de que si uno desea regresar sólo bastará ofrecer una breve explicación y fingir que es posible reaparecer por el método inverso a haberse disuelto.

Hasta la próxima renuncia,
D.

Romina E. dijo...

Me pregunto ¿de quién se estará despidiento? ¿que pensará este Victor Arreondo? ¿saldrá corriendo entre pañuelos a la busqueda del empleado perdido?
Ingenioso, creo q he pasado por todas ellas, disolutoria mi primera vez, las enojonas la 2da, y estrategica la última.
Interesante poder pronosticar, en caso de abandono de mi actual fuente de ingresos que es lo que me voy a inventar.
Beso grande!

Daniel Os dijo...

Aparentemente, Romina, nuestro amigo se despide de una parte de su pasado. Tal vez sea menos que todo eso y simplemente le atraen más sus nuevos proyectos… cuando uno sueña con lo venidero, fantasear con la renuncia al presente lo pone más cerca a los siguientes pasos.

¿Qué fórmula de retirada le ha deparado mayores satisfacciones, experimentada renunciante?

Un cariñoso saludo,
D.

antonia obiol y corcoll dijo...

Ocurre con muchas cosas lo que ocurre con el elástico de los calzones, cuando se vencen, normalmente se caen, no exinten muchos trucos que lo disimulen...

multiplicadores besos

María dijo...

Vivir es renunciar.

Cada minuto que pasa renunciamos al pasado, a algún recuerdo de esos que ni siquiera echamos de menos por dejar de serlo (el olvido tiene esas cosas); renunciamos a este minuto de vida, lo entregamos casi sin darnos cuenta.

No hacemos más que ir soltando lastre; vaciando el bote por el que sigue entrando, a borbotones, el tiempo líquido.


Interesantes modalidades discursivas de la renuncia, como interesante es el tema de cada entrada y su eficaz planteo.

Saludo a la distaaaaancia.

antonia obiol y corcoll dijo...

Mi castellano cada dia esta mejor... que tal "exinten"?

Tao

Daniel Os dijo...

Buena analogía, Antonita. Me detengo en la "exintencia" de esas prendas, es decir en su presente transcurriendo de la existencia a la extinción.

Sólo resta sugerirles a sus propietarios que comiencen a redactar sentidos dicursos de despedida… espero haberles sido de utilidad con estos primeros esbozos.

Besos algebraicos,
D.

Daniel Os dijo...

Me atrevo, María, a agregar una dosis extra de resignación: la vida ajena nos incluye potencialmente entre sus renuncias.

Por suerte la palabra vida nos sugiere mucho antes la capacidad de vivirla, de modo que tiempos líquidos no evaporan sólidos mañanas. En qué estado de la materia nos encontraremos es, casi, una decisión personal.

Muchas gracias por el comentario, admito que había pensado más discursos de renuncia… pero renuncié a escribirlos.

Un saludo mitigador de distancias,
D.

MAR dijo...

Retirarse de todo POR SER FELIZ!
Besos para ti y te apoyo en todo lo que escojas para ti.
mar

María dijo...

¿Una renuncia puede anular a otra anteriormente planteada?

¿Qué validez tiene el telegrama que renuncia al telegrama previo donde se planteaba la renuncia?

Matemáticamente... la suma de dos negativos, suma en lugar de restar...

Sin que tenga nada que ver, casi como una renuncia a haber renunciado a escribir, va la renuncia didascálica sin aviso...


(Entra el empleado con la mirada vidriosa y los brazos tensos, dirige su cabeza sobre los muebles y las cabezas ausentes de quienes han sido durante años sus colegas. Comienza a caminar muy despacio, con la mirada fija en la puerta del despacho. Algunos se apartan y lo miran extrañados, van dejándole paso a través del corredor, mientras las luces se apagan. Queda encendida solo la que ilumina la puerta frente al despacho, los murmullos de la oficina ceden súbitamente.

El Empleado eleva el puño con un gesto casi mecánico. Algunos compañeros abren la boca en señal de asombro, el café de la máquina comienza a derramarse, sin vaso que lo contenga.

El Empleado observa una vez más a su alrededor, una lágrima corre por la mejilla izquierda. Cierra los ojos como si por su mente pasaran cientos de días confeccionando planillas, firmando memorándums, clasificando etiquetas y amando silenciosamente a Gertrudis, la secretaria ciega a cualquier gesto suyo.

Finalmente, golpea la puerta con firmeza y alguien contesta con un murmullo desde dentro.

La puerta se abre y el Empleado da dos pasos hasta quedar bajo la luz cenital, en el umbral.)


Empleado:- ... Renuncio, señor.

NERIM dijo...

Mi discurso sería una mezcla de todos y cada uno de los que nos has enseñado, e incluso con algina de mis pinceladas.
Haz lo que quieras pero no te retires del blog,eh?
Que prometo perseguirte hasta encontrarte...

Felices fiestas y un abrazo enorrrme.
Miren

Daniel Os dijo...

Curioso enunciado, Mar. Retirarse de todo para ser feliz implica también que la felicidad no se haya en ninguno de los caminos que hemos explorado.

Si se me permite me opongo, y si fuera necesario, tómese como un manifiesto caprichoso… pero de otra manera no sé vivir y me empecino en que el camino que tomé me lleva a la felicidad. De hecho algunas muestras he recogido, sin ir más lejos el apoyo que me ofrecés.

Muchas gracias,
D.

Daniel Os dijo...

Sospecho, María, que en el mundo laboral no es frecuentemente admitida la renuncia a haber renunciado, pero sin dudas que en la política y en el amor es moneda corriente.

Sin embargo la renuncia didascálica es fuertemente aleccionadora en una oficina donde el el ambiente fuera insostenible. Siembra el terror en el temerario y la admiración en los indiferentes… que no es poca cosa aunque no se trabajará más entre ellos para disfrutarlo.

Hay mucho valor habitando ese acto. La actividad mental previa a la renuncia, la adrenalina y el temor no pueden con la voluntad del renunciante y sus palabras finales son heroicas… idéntica situación a la de ofrecer amor eterno al ser amado.

Gran renuncia, señora.
D.

Daniel Os dijo...

Lógicamente, Nerim, después de esa amenaza no existe modo de que abandone el blog… espero que mi perpetuidad no me convierta en testigo de tu renuncia.

Un beso grande y felices fiestas también para vos,
D.

antonia obiol y corcoll dijo...

... y es posible renunciar a un dolor de muela??

Daniel Os dijo...

Claro que sí, Antonita, lo improbable es que un dolor de muelas renuncie a uno…

María dijo...

Renuncio a los lunes sin domingos.
A las playas sin vuelo de pájaros.
A la oscuridad que no sea antesala de un nuevo día.
Al dolor de cabeza sin haber comido papas fritas.
Renuncio a renunciar a ser feliz.
Renuncio al egoísmo, al desencuentro, a la ceguera del corazón...
Renuncio a los silencios opacos que no dejan escuchar la voz del alma y a los gritos que la ahogan...
Presento mi renuncia indeclinable a todas las formas posibles del desamor.

María dijo...

Renuncio a los lunes sin domingos.
A las playas sin vuelo de pájaros.
A la oscuridad que no sea antesala de un nuevo día.
Al dolor de cabeza sin haber comido papas fritas.
Renuncio a renunciar a ser feliz.
Renuncio al egoísmo, al desencuentro, a la ceguera del corazón...
Renuncio a los silencios opacos que no dejan escuchar la voz del alma y a los gritos que la ahogan...
Presento mi renuncia indeclinable a todas las formas posibles del desamor.

Daniel Os dijo...

Son aceptadas todas las renuncias… espero.
Y ya que el comentario entró duplicado, métale la firma mía al segundo si no es mucho pedir.
D.

☀Pau☀ dijo...

Dany: te contesto a tu pregunta:
Mi blog está cerrado para siempre y va a quedar en mi vida como una de las cosas lindas que viví en el 2009 igual que las puertas que me abrió a gente que sin saberlo iba a ser importante en mi vida.
Que lindo que tu blog y tu vida sigue para adelante y renovándose.
Muchos besitos!!!!!

Daniel Os dijo...

Qué curioso, Pau, que se me había perdido tu mensaje y lo acabo de ver después de más de dos años. Debo comenzar por excusarme por mi ordinariez de no responder en su momento.

Lo curioso a lo que hacía referencia es que, luego de todo este tiempo, miro para atrás y todo se ve distinto aunque nada ha cambiado.

Te mando un beso igual… igual te mando un beso.
D.

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