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26 de marzo de 2011

Esencia

Cambiamos. Lo admitamos o nos avergüence, cambiamos. Cambiamos de hábitos, de gustos, de conductas, de placeres, de tolerancias, de vocaciones y de entornos.

Mutamos. Evolucionamos, cuando lo es de manera pretendida, en direcciones que nos enorgullecen; más cuando es con sacrificios de los que ya se diluyeron sus penas. Y nos alojamos entre nuevos estándares en los que estamos más conformes, nos encaminamos hacia próximos desafíos con la seguridad personal que nos imprime el último logro.

Sin embargo no cambiamos nuestra esencia. Y eso nos enorgullece aún más.

Somos fieles a nuestra esencia y la exponemos a nuestras nuevas formas de ser conservándola ilesa a todas nuestras transformaciones. Lo curioso es que no sea curioso. Porque nuestra esencia inalterable es, finalmente, un ancla que no nos permite más modificaciones que las superficiales. Podríamos ensayar evoluciones más significativas si nos desembarazáramos del deber, o la inhabilidad, de conservar la esencia. Si cada uno está orgulloso de su esencia y si muchas personas son sujetos de nuestra admiración, incluso teniendo una esencia distinta a la nuestra, ¿cuál sería el riesgo de tener otra esencia? ¿por qué no modificar la esencia también y estar orgullosos de la nueva?

Renunciar, recomenzar, replantearse objetivos y finalmente atrevernos a nueva carrera profesional, afectiva, social o espiritual no será completo si no atacamos a nuestras propias estructuras, no levantaremos vuelo si no soltamos lastre… no habrá nueva experiencia si la deseamos vivir desde nuestra vieja esencia.

La esencia nos aporta en aceptación personal y en equilibrio social, es una herramienta de certeza que apuntala y da consistencia a una personalidad sedentaria. Por eso el orgullo de no modificarla es en realidad el alivio de haber progresado sin haber postulado un cambio real, drástico y, potencialmente, crítico.

La esencia es nuestra naturaleza, mutable como la de todas las cosas.


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Fragmento del Libro de los Buhures (Kyi Makura Ramén, 1235)
Ilustración de Katsushika Hokusai

44 comentarios:

Claudia Sánchez dijo...

No te puedo creer...! Y yo que venía pensando mientras leía, cuánta razón tiene Dany...!
Como anillo al dedo nó?
Te dejo un abrazote,

Daniel Os dijo...

¿Se puede renunciar a la esencia, Clau? ¿Es posible en términos físicos? ¿Estamos dispuestos? ¿Es un salto mortal?

Son interrogantes ultraexistenciales, socavan mi esencia.

Un beso enorme,
D.

Romina E. dijo...

Wow! gracias por compartir, aunque no comparto del todo. Si soy la piquetera de este blog -y ahora va a empezar a aprender ud el real significado del termino. La esencia no cambia, es uno que la va mostrando mas o menos.
Un beso!

Daniel Os dijo...

La noto convencida de que tenemos esencia, Romina, es siempre bueno contar con visitas portadoras de certezas que aún no tengo… ni las opuestas.

Un beso,
D.

Jorge Arbenz dijo...

No creo que se pueda cambiar la esencia, pero los pensadores de la nueva era te dirán que es posible y necesario, siempre y cuando trabajes los aspectos necesarios de esa esencia.
Añado entonces que si los pensadores y sus gurús dicen que es necesario cambiar la esencia, cabe pensar que cambiarla es algo muy malo.

Anónimo dijo...

Unos evolucionan y los mas involucionan.


Abrazos

Daniel Os dijo...

Lo que no podemos cambiar, mi querido Jorge, es lo que hemos sido… lo que será no se puede cambiar simplemente porque aún no tuvo sustancia.

¿Cabe concluir que la esencia está en nuestro pasado? En ese caso tiene el potencial de cambiar a cada rato, cada vez que nuestra penúltima experiencia queda sepultada bajo la última…

Un abrazo esencial,
D.

Daniel Os dijo...

Si pertenezco a uno de esos dos grupos, Tauro, ¿es señal de que he mudado mi esencia?

D.

Liberatrice dijo...

Antes de aventurarme a comentar en este fragmento...
Daniel, voy a preguntar: ¿Qué es la esencia para vos?
En este caso voy a hacer dos comentarios, antes y después de que me responda.
saludos y siempre interesante tu blog.
L

MONDO FRANKO dijo...

Me quedo pensando como liberatrice cual será la esencia? hay cosas inmutables en uno creo, como si todo lo que hicieramos tuviera nuestro color propio. Creo que ese tono es con el que venimos no se de donde.
Un abrazo.

Daniel Os dijo...

No sé, Liberatrice, si mi opinión personal tenga más relevancia que la de algún visitante mejor instruído pero me atrevo a aventurar que la esencia será no una cosa sino varias que conforman nuestra naturaleza. Luego, modificarla será complejo o tal vez determinadamente imposible.

Tal vez se trate de obstinación, de no atreverse a un gran cambio y enmascarar esa inhabilidad con orgullo. “Mi esencia es la misma” es siempre una frase que genera respeto… yo quisiera conocer a alguien que haya cambiado de esencia y me cuente su experiencia de vida, creo que estaría frente a un personaje distinto.

Gracias por interesarte en lo que modestamente proponemos desde acá.

Un beso,
D.

Daniel Os dijo...

Sé que no puedo tener otro timbre de voz, Pablo, u otro largo de fémur. Mi favoritismo por algunos colores no los quise, vinieron solos, y seguramente si agrego al listado, valores, convicciones, conductas y demás elementos de fondo, habré pincelado mi esencia. ¿Es eso la esencia? No lo sé… ni siquiera me queda demostrado que sea inalterable.

Permitámonos el beneficio de la mutación. Al menos, aunque equivicados, habremos sido algo menos rígidos con nosotros mismos.

Un abrazo incorruptible,
D.

Liberatrice dijo...

Yo hice la pregunta, porque me cuestioné muchas veces ¿que es la esencia? ¿ser? ...¿Y que soy? ¿quien soy? ¿tenemos un solo criterio? ¿nos movemos en el eje de los valores, y ellos son inamovibles?

Bien menciona el fragmento la palabra MUTACIÓN. Y entonces aprendí a usar un recurso en la vida que es la FLEXIBILIDAD. Me ayuda a transformarme, y pararme en diferentes lados, ejercitando habilidades, e identidades. Y entonces desde ahí creo que me vuelvo un conjunto de energía para permitirme moverme en la vida sin apegos y construir mis metas. Con sueños, con responsabilidad, con criticas, y nunca falta el realista al cual siempre escucho.
Disculpen que escriba en primera persona, y es que me gustó hacerlo desde mi experiencia.
Yo no tengo una esencia, tengo miles de criterios y valores que cambian constantemente. Tampoco se lo que es, solo se que me sienta bien :) Espero que sirva este pequeño aporte.
Saludos cuánticos,
L

soylauraO dijo...

Desde la concepción estamos en constante crecimiento. Condición sine qua non de crecer es cambiar.
http://enfugayremolino.blogspot.com/

Daniel Os dijo...

Tal vez, Liberatrice, exista la esencia en movimiento y la sedentaria, así como hay personas que cambian de profesión, de barrio o de amor y otras que se casan para toda la vida con esos aspectos de su vida.

Tal vez todas las esencias sean mutables y sólo algunos se atrevan a ejercer esa cualidad.

Te agradezco el aporte de tru experiencia personal, muy enriquecedor.
D.

Daniel Os dijo...

El tema, Laura, es no temerle al cambio sino entenderlo como proceso natural. Entregarse al proceso, no intentar detenerlo y adaptarse a las nuevas circunstancias. De lo contrario tomamos decisiones finales, adoptamos soluciones definitivas, nos ponemos infelxibles y sentenciosos… y lo justificamos afirmando que fuimos fieles a nosotros mismos, que no alteramos nuestra esencia. Alteremos, puede que sea para bien.

Gracias por tu visita, bienvenida por este rinconcito virtual.
D.

Maga h dijo...

¿Cuál es mi esencia?...creo que lo único que no me ha cambiado desde que existo son la huellas digitales. Y sabe?, no me avergüenza, aún cuando quede tan bonito y sólido decir:”Conservo mi esencia”…

...esencia es ser, existir y la transformación es intrínseca a ello.

Abrazo pensativo

Daniel Os dijo...

Creo que la gente no se permite admitir que su esencia es itinerante, Magah por temor a sentir que ha perdido sus valores, su entereza, su reputación o quién sabe qué otras cosas. No se los puede culpar, han (hemos) trabajado años en construir una personalidad y una imagen.

Es una buena forma de que nuestra libertad encuentre límites, sin embargo se puede ser feliz conservando una esencia única a lo largo de toda una vida.

Un abrazo cálido… antes de que cambie de parecer.
D.

Maga h dijo...

jajaja...justamente buscaba que cosas no han cambiado en mí, y ha dado con una de ellas, la calidez recíproca, darla y recibirla.
No tema, de esas y otras, como huellas digitales, fuertemente agarrada para que los dolores propios de la vida no me las conviertan en astillas.

Calido abrazo, ahora.

Daniel Os dijo...

Me quedo pensando, Magah, que si fuera posible, normal y bueno cambiar de esencia, en la nueva esencia uno puede ser cálido… al modo previo o una calidez distinta.

De ser así, los demás valores creo que se sentirían descontracturados para evolucionar, mutar y hasta desaparecer.

Un abrazo cálido, pensativo también.
D.

SILVIA dijo...

La Esencia es algo innato en el ser humano. Podemos cambiar de estilo, de peinado, de costumbres, de pareja, de sexo... pero la esencia amigo mío, la esencia permanece y se afianza con el paso de los años.
Un fuerte abrazo!!

Daniel Os dijo...

¡Estamos atrapados en una esencia, Silvia! Más nos vale, entonces, que aprendamos a amarla, respetarla y protegerla… o que dudemos de ella y nos preguntemos si le debemos algo…

Un abrazo grande, con toda la esencia.
D.

Claudia Sánchez dijo...

Bueno amigo, para mí la esencia es una entelequia, en el sentido que quiera darle.
Mi esencia soy yo, que ahora soy otra de la que fuí hace 5 minutos y de la que seré dentro de 10.
El cambio es la única constante. Y creo que es inherente al ser humano. O debería serlo, porque implica crecimiento, evolución.
No sé si yo podría hablar en términos de renuncia. Tal vez sí de amoldamiento o asertividad en el reacomodo. Siempre pensando en un mejoramiento personal o en una adaptación a circunstancias extremas y externas. A veces este cambio implica un doble salto mortal. Entonces, si trabajamos sobre nuestra resilencia y la suerte nos favorece, algunos caemos de pié. Y entonces nos vamos a preparar panchos para el domingo por la noche.
Buena semana!
Besos

Daniel Os dijo...

No podríamos estar más de acuerdo, Clau, no sin mencionar que el constante cambio puede dar desde adreanalina hasta pánico. Tal vez sea en el pánico donde enarbolamos principios y rectitudes que nos convierten en personas de una esencia inquebrantable.

Eso sí, nada de salchicas con pan para mí. Prefiero una tabla de quesos y frutas con un buen oporto… es mi esencia.

Un beso grande y buen comienzo de semana para vos,
D.

MAR dijo...

Se mueven las ramas del árbol, pero la raíz permanece intacta.
La esencia tal vez es lo que nos hace ser únicos e irrepetibles...para bien o para mal jaja.
Me gustan tus post y tus comentarios en mi Blog, eres creativo, atractivo y además muy inteligente.
Mi abrazo para ti amigo.
mar

Malena dijo...

Recordé leyendo estas palabras al fragmento de la película El secreto de sus ojos donde el personaje de Francella dice que un tipo puede cambiar de trabajo, de casa, de mujer, de cara, de Dios pero no puede cambiar de pasión.

¿Será que nuestras pasiones nos nombran? ¿Serán nuestra esencia? ¿A qué huele, entonces, la esencia de los desapasionados?

Daniel Os dijo...

Pero el árbol tiene menos oportunidades de destinos que una vida humana, Mar, ¿No tenemos más alternativas que agitarnos apenas lo que indica el viento? ¿Estamos arraigados inamovibles en una esencia intransigente?

Sos una amiga muy generosa, me encantan tus exageraciones acerca de mí.

Un beso grande,
D.

Daniel Os dijo...

Vayamos un paso más allá, Malena, y preguntémonos si en verdad no cambian también nuestras pasiones… puede que alguna nos acompañe de por vida, pero mirando atrás vemos que hemos sido fervientes devotos de líderes políticos, espirituales, bandas de rock, restaurantes, amores… y a todos los hemos reemplazado aunque el tirón todavía duela.

Me temo estar defendiendo una postura que no tengo asumida, pero puesto a elegir, me gustaría que la esencia no fuera un estigma, y que los desapasionados tengan su oportunidad.

Un beso grande,
D.

soylauraO dijo...

Daniel, "Ferviente devoto" puede ser fanatismo; aquello que se mete a presión porque el entorno lo lleva impreso en una camiseta, tal vez aquella música que, al escucharla la primera vez, nos pareció insulsa o mala directamente y, que a fuerza de repetitivos mensajes masivos se transforma en angelical...La permeabilidad al lobby por alguna cuestión particular y la emoción que el grupo imprime en uno, no debe confundirse con pasión.
PASIÓN es el alma, esos emociones en palabras que se asoman entre el sueño y la vigilia, o cuando uno está reaccionando de la anestecia luego de una operación, y algunas otras más que se conocen a consciencia.

Saludos

Carina Felice, Photography dijo...

La cuestión de la esencia se torna extraña cuando tratamos de abordarda racionalmente. A mi modo de ver, es sólo una vibración interior y como tal algunos la perciben, otros no, y algunos ni la incluyen en su lista de pendientes.
Humildemente pienso, que la Esencia del Ser es el modo en que su luz parpadea con variadas intensidades, en este plano.

Abrazo grande, Dani.
/\Namaste

Maga h dijo...

Eso, eso, como lo dijo CLAU...ella lo ha dicho como me hubiera gustado decirlo, por sobre todo para que nadie se apure temiendo que al pròximo segundo puedo ser otra y se me desconozca. Nada de eso, jajaja..."Conservo mi esencia"

Buena semana Maestro Os!

Daniel Os dijo...

La devoción ferviente, Laura, puede ser con o sin fanatismo mediante y, si bien nos incluye en un marco social, no necesariamente es una influencia externa. Muchas veces nos entregamos enteramente a factores a quienes nadie nos ha indicado… hay personas con más necesidad de integración social y otras con menos. También creo que se puede alterar esa necesidad según la etapa en que estemos… como si no hubiera una esencia fija.

Muchas gracias por tu opinión,
D.

Daniel Os dijo...

Cuando me metí en este ejercicio, Carina, intenté encontrar definiciones que me satisficieran para el concepto de esencia. Afortunadamente no las encontré, y en la búsqueda descubrí que elementos muy disímiles entre sí conforman la esencia de una persona. Definitivamente se trata de intentar llevar a un debate racional lo que no pertenece al discernimiento y, en ese caso, me tomo el permiso de suspender la búsqueda hasta continuarla desde otro plano.

Tal vez desde el artístico, o el espiritual… aunque nada indica que necesite ”saber” la respuesta.

Un beso para usted,
D.

Daniel Os dijo...

Eso es lo bueno de tener amigas como Claudia, Magah… alguien que se toma el trabajo de poner en palabras lo que a uno le da vueltas por la cabeza.

Grandiosa semana,
D.

Malena dijo...

Esencia, esencial, imprescindible ... lo que hace a la cosa, lo que no puede faltar para que la cosa siga siendo, precisamente, esa cosa y no otra.

¿Qué es lo que hace que yo sea yo y no otra? ¿Mi nombre, mi cara, mis afectos, mis propiedades? No, para nada. Todo puede cambiar y yo seguiría ahí, imperturbable.
Lo único inamovible de mí es mi pasado, lo que ya hice, lo que elegí hacer, lo que elegí no hacer, lo que hice por inercia, mis omisiones. Y no hablo solamente de un pasado lejano. Hablo de las palabras que escogí para usar en el párrafo anterior también.
Así que mi esencia estaría dada por todo el combo de vivencias que hacen que ahora escriba esto y no otra cosa.
Pero, claro, mañana puedo cambiar de idea, porque voy sumando vivencias y experiencias en cada segundo y, por ende, mutando mi esencia.


Me fui al carajo.
Perdón. Está en mi esencia. :)

Daniel Os dijo...

Mucho comienza a indicar, Malena, que la esencia es menos estática que lo que juramos a cada paso que damos mientras la vamos dejando cada vez más atrás.

Esencialmente, estamos en otra cosa…

Perdonada,
D.

Steki dijo...

Me pasó igual que Clau. Me dije: la pucha, qué pensamiento filosófico que se nos trae Dany! La vida es un eterno movimiento. Si no existieran los cambios sería demasiado aburrida. De todos los cambios aprendemos. Como verás, no estoy muy filosófica a estas horas, trabajando en el cierre de la edición.
Besos y abrazos.

Daniel Os dijo...

Tengo esos momentos, Isa, después se me presenta la obligación de pasar un trapo o pagar facturas y mis mecanismos reflexivos se orientan a encontrar detergentes con mejor fragancia o bancos con menos fila.

Trabaje, amiga, desde acá le mando un beso.
D.

Mercedes Pajarón dijo...

Quizás la esencia sólo consista en ser fiel a sí mismo...

Ahora me pregunto qué narices significa eso.

Un beso confundido y pensativo.

Daniel Os dijo...

Tal vez no traicionarse, Mercedes, signifique darse la flexibilidad de seguir con la cabeza donde lo ordena el corazón. Pensamos tanto y nos cuesta tanto llegar a algún acuerdo, que cada vez que tomamos una decisión la queremos final, inalterable, sólida y eterna… fiel a su esencia.

Besos infieles,
D.

miralunas dijo...

esencia maravillosa la de ese perfume que siempre reconozco, tremenda esencia la del escorpión que en la fábula se reconoce a sí mismo, esencia de mi que es siempre como un remolino de hojas en la vereda de otoño y que se reconoce en mis sombras y reflejos...

pues, mire lo que me ha hecho decir!

reflexiva entrada, amigomío.
le dejo un beso irreflexivo, por una vez.

Daniel Os dijo...

Cálida y poética por esencia, MIralunas, o por esencias… ensayando el concepto de multiplicidad.

Muchas gracias, amigamía.
Un beso irreflexivo y flexibilizado.
D.

Anónimo dijo...

Si uno relee sus escritos, encuentra una lógica maravillosa, como si usted viniera explorando un tema aún sin saberlo. Me parece que acerca de la esencia dijo mucho cuando transcribió la letra de Nadie me lo puede quitar, y cuando se detuvo en los impostergables Placeres profundos. A mí me resonó el "uno sólo es lo que es, y anda siempre con lo puesto". Cariños. Ana

Daniel Os dijo...

Muchas gracias, Ana, mencionás una canción que encierra mucho significado para mí. Aprecio y valoro mucho que la relaciones con mis razonamientos.

Un beso,
D.

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