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17 de octubre de 2010

Nuestros Días

Leía una vieja crónica, escrita hace más de treinta años, de un hecho histórico que la sobrevive hasta nuestros días. Trazadas sobre una línea sinóptica del tiempo, la crónica se interrumpía con el entonces vigente, y hoy expirado, "nuestros días".

Causaba una compungida jocosidad observar el halo de modernidad que envolvía a la ahí llamada actualidad, presumida de haber superado las etapas que la antecedían y engreída de ostentar una frescura hasta ese momento inédita. Impresa a todo color, a diferencia de las páginas anteriores del libro, en señal de que ahí se concentraba la apuesta editorial, con un historiador cómplice, desbordante en detalles y esmero por contrastar lo recientemente alcanzado con cualquier forma posible de arcaísmo.

Pero la actualidad se había corrido. Los lectores de esa edición, al ésta andar por los tres o cinco años de publicada, podían hacer la vista gorda, cooperar un poco disimulando el paso de tan poco tiempo y entender la recientemente retirada contemporaneidad como vigente.

Pasados quince años de publicada la crónica, ya la realidad era otra. El lector debía no sólo entender que se trataba de una edición desactualizada, sino que se sometía a recurrir a lectura externa para continuar su información sobre los hechos. Afortunadamente la editorial decidió publicar un apéndice donde se incluyó, finalmente, material anexo. Los que gozamos del privilegio de acceder al primer apéndice, y con más claridad en el segundo, denotamos una pequeña indiferencia hacia los hechos otrora actuales y, lo que más resulta curioso, se podía adivinar cierta desconfianza sobre sí mismos y cuánto se expondrían en el futuro a mantener activo y actualizándose ese material. Cuadros estrictamente informativos y ayunos de color pusieron en similar plano de jerarquía a los nuevos acontecimientos con los visiblemente rezagados en papel ya ambarino, apenas ilustrados de ejemplos más jóvenes pero con la sofrenada pasión de la impresión a una tinta, una tendencia a aclarar que las cosas han avanzado por caminos laterales a la atención del grupo editorial.

Adopté, aún deseando lo contrario, la melancolía de entender que la carrera por la perpetua vigencia incluye el paso por metas efímeras y nos sentencia a no posarnos jamás sobre la definitiva. Que la actualidad se seguirá corriendo sistemáticamente, que viviremos redibujando nuestros rostros en cuadros ajenos y renaciendo en nuevos escenarios, a menos que pactemos teñirnos de una sola tinta y ocupar un sitio cualquiera, de privilegio o no, entre la platea.

Y me preocupé. Y me asusté. Y me gustó.









28 comentarios:

Steki dijo...

Paso y dejo beso. Después vuelvo. Mujer trabajando. Stop. ;-)

Daniel Os dijo...

Ahhh, me ha concedido el placer de ser su recreo, Steki, siga trabajando amiga. Un beso grande.
D.

Anónimo dijo...

Es que lo nuevo en cuanto ya fue visto, pasa a ser viejo, cuanto tarda en llegar el futuro? un minuto, segundos? microsegundos?? es un término muy extraño, lo que hoy es nuevo mañana ya será del olvido, a cada instante salen cosas nuevas, mas vistosas que las anteriores, hay mucha competencia en todo


byE

Daniel Os dijo...

Es cierto, Ave, especialmente en algunas áreas. En materia de electrónica, la velocidad a la que pasamos de tener un producto de vanguardia a verlo desactualizado es vertiginosa… tal vez las evoluciones sociales o los movimientos artísticos progresen a un ritmo más fácil de llevar, pero que exigen más compromiso interior para abandonar el previo.

Te mando un beso rapidito, antes que pase de moda.
D.

antonia obiol y corcoll dijo...

Por alguna oscura razón tiendo a buscar lo nuevo en lo que ya no se usa... no estaré nunca a la moda?
AOC.

Sebastián Leonangeli dijo...

Es como las propagandas de hojitas de afeitar, que siempre te quieren meter una mas. De repente cuatro no sirven, es una cagada, cinco es la que va! Eso quiere decir que la publicidad de esa misma compañía que decía hace dos meses que cuatro era lo mejor que te podia pasar en la vida era mentira?
O realmente Hendrix tocaba mejor la viola que Mayer?
Vaya uno a saber...

Daniel Os dijo...

No tengo claro, Antonia, qué significa estar a la moda. ¿Ataviarse de un modo que los demás acepten? ¿Pretender ser integrado visualmente al grupo mayoritario? Los límites a la posibilidad de elegir pueden ser un verdadero desafío creativo… pero me quedo con la libertad.

Un beso,
D.

Daniel Os dijo...

Pero, ¿qué pasa, Sebas, cuando ofrecemos lo mejor que tenemos y a los cuatro meses se nos ocurre algo aún mejor? Démomos también el permiso a evolucionar, a riesgo de que nuestras posturas anteriores se obliguen a flexibilizarse o, incluso, a refutarse.

En el tema del arte no hay corrientes mejores que otras. Sí, artistas mejores y peores dentro de cada una de ellas. Y hasta para evaluar se obliga uno a tomar la cautela de elegir la suma de criterios correctos para decidir quién es mejor y quién es peor...

...también hay mejores y peores críticos de arte.
D.

Maga h dijo...

Que cierre Maestro Os!
Me puso la piel de gallina, me asusta, me preocupa no entender que podemos convertirnos en estatuas de sal en una platea, siquiera sin ver como van sucediendo y cambiando los escenarios.
No puedo evitar leerlo desde el simbolismo de la vida.
Como dijo mi amiga Miralunas serà cuestiòn de "caminar volando"

Abrazo!

Anónimo dijo...

La eterna carrera por la perpetua vigencia es el acicate para tratar siempre de ser mejores.


un abrazo

Romina E. dijo...

El último renglon no es de mis preferidos, si el anteultimo parrafo y el planteo que ahí expone.
POr eso siempre creo q la felicidad tiene mas que ver con elecciones, y los actos realizados q con metas, ya q estan cuando las pisas, se evaporan.
beso grande!!!
PD: cuenta regresiva?

Marcelo dijo...

La actualidad es una amante insatisfecha que se olvidará de nuestra letras en 10 minutos.
Un abrazo!

Malena dijo...

Comencé a escribir un comentario, pero perdí un minuto contestando un mensaje.
Cuando quise retomarlo me di cuenta que ya era obsoleto.


Mecachendié! (expresión arcaica si las hay, pero aún tiene cierta efectividad).

Daniel Os dijo...

Conviene entenderlo desde una actitud activa, Magah, es innegable que la quietud nos convertirá en espectadores de nuestra propia vida. Pero lo peor es que cuando hayamos acostumbrado a los demás a tomar decisiones por nosotros, será muy cuesta arriba revertirlo.

Caminar volando, claro que sí, y nos miramos desde arribita.

Un abrazo,
D.

-—-—-—-—-

Puede que sea así, Tauro, o tal vez mucho menos. Se puede estar vigente como consecuencia natural de algún estilo de vida como también se puede ser esclavo de las expectativas ajenas. Lo de ser siempre mejor es demasiado esfuerzo… con no dejar de ser, creo que alcanza.

Un abrazo,
D.

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¿No le gustó el “me gustó”, Romina? Mire que era un juicio ético…

Sin embargo en su concepto estamos de acuerdo… o casi. También creo que no hay un camino a la felicidad sino que la felicidad está en el camino pero, no siempre tiene que ver con decisiones sino que a veces con sensaciones, que es más improbable provocarlas que una decisión racional. Pero bueno, hay infinitos caminos y todos son el correcto.

Un beso para usted,
D.

PD: Hablando de caminos, en eso estamos.

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Dichoso usted, Marcelo, que su amante lo recordará tanto tiempo… no es sencillo pero sí posible pretender otra que nos merezca mejor que esa ingrata. Creo que la próxima actualidad me gusta más.

Un abrazo para usted,
D.

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Mire qué volátiles son los minutos, Malena, pero no desespere… créame que, sin preocuparse de cuán cuestionable es el presente, la vigencia es posible aún siendo una permanente sucesión de ahoras… sin ir más lejos, los arcaísmos ya lo serán para siempre.

Un beso,
D.

Marcela dijo...

Habría que poner de moda el pasado y de ese modo transformarlo en algo del presente. En vez de descartar, siempre anexar a la actualidad.
En mi cabeza se entiende lo que quiero decir, pero al escribirlo, no estoy tan segura (siempre me pasa).
Beso!!

miralunas dijo...

si. a mi me gusta eso de no andar cronológica, si no libre de mandatos.
a veces me preocupa y en general, me asusta.

precios de la libertad.

salute, arty!

sabe qué? sus comentarios me gustan casi tanto como sus post.

me encanta ese equilibrista provocador.
un beso

Claudia Sánchez dijo...

Estoy en un dilema amigo. Tendría tanto que escribir al respecto que temo que cuando finalice su objetivo haya caducado.
Así que, buena entrada Dani!
Besos,

MAR dijo...

A mi me gusta hacer un mix, entre lo romántico de la inmodernidad y la energía nueva de la modernidad.
Besos para ti.
mar

SILVIA dijo...

Vivimos en permanente actualización.
Y a veces me parece caótico, pero como dicen por ahí: renovarse o morir (que frase más extremista ¿no te parece?)
Abrazotes... de los de toda la vida!!!

Daniel Os dijo...

En algunos casos, Marcela, la idea de anexar sucesivas vigencias al pasado se ejercita. Sin ir más lejos, la crónica que leía era sobre escuelas pictóricas y en un libro de historia es obligatorio ir agregando los últimos sucesos a las nuevas ediciones. Suena tan lógico conversándolo acá que no logro entender por qué la sorpresa de los editores al perder vigencia y el desdén para actualizarlo.

Fuera de eso, creo que sos clara. Y no me refiero a que seas Clara sino clara, ¿soy claro?

Beso para vos,
D.

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No podría estar más de acuerdo, mi querida Miralú. Libre de mandatos. No le niego que, por momentos, me suena a una declaración de independencia estética y no está mal. Pero el desafío intelectual consiste en averiguar qué significa estar al día y estarlo... cuando no sea posible estar, incluso, un pasito más allá.

Muchísimas gracias por sus apreciaciones... eso de "equilibrista provocador" suena tan lindo que voy a fingir haberlo entendido.

Un beso, amiga.
D.

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Son fundados los temores, Clau, los objetivos de un perseguidor de utopías se van corriendo siempre. Pero no descarte usar este espacio para darle largo y tendido, a riesgo de que el párrafo final contradiga diametralmente al primer enunciado... si bien no sería su estilo, tampoco sería la primera vez que algo así sucediera por acá.

Muchas gracias, amiga.
Te mando un beso,
D.

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Suena interesante el cóctel, Mar, y si me permitieras lo haría aún más complejo... incluyendo también romanticismo del moderno y energía de la clásica.

Cuídese,
D.

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Sí que es extremista la frase, Silvia, pero también es inapelable. Renovarse o morir significa que la vida es cambio continuo y que apoltronarse es permitirse no evolucionar, estancarse, dejarse atropellar por los que siguen en carrera. Puede que desde un punto de vista diagnóstico se lo considere a uno vivo bajo esas condiciones, pero... eso no es vida. Vivir es otra cosa.

Un beso grande, amiga.
D.

deMónicamente dijo...

yo también me asusté...y me dejaste pensando en si me gusta o no!!
kisses

MONDO FRANKO dijo...

Me hizo acordar a un separador que teníamos en un programa de radio que hacíamos con mi amigo el científico Tito Díaz que decía: "Este es un programa bien moderno, como los de antes"
Levanto mi copa por este post barroco con final punkie.
Ah cuando lo leía pensé en esto del twiter que todavía no entiendo. Abrazo maestro

Mercedes Pajarón dijo...

El gran problema reside en que en realidad, los días no nos pertenecen, no son nuestros. Por lo tanto, ese "nuestros días" es un espejismo.
O eso, o es que llevo demasiados días con obras en casa y el yeso me impide ver las cosas como son. Pero con o sin yeso en mis ojos, usted siga escribiendo artículos como éste, por favor.

Un gran beso, presente ya pasado.

Daniel Os dijo...

Es un desafío íntimo, Mónica, y nada está en juego. Como cuando corríamos carreras de chicos; si ganábamos nos enorgullecíamos y si perdíamos o no participábamos quedábamos igual.

Insisto en que me gusta. Tal vez porque no corro para ganar sino por placer.

Besos también para vos,
D.

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Supongo, Pablo, que las cosas que traen manual es sólo porque sus fabricantes consiguieron que alguien pueda explicar cómo se usan. Con las demás, y meto en la misma bolsa cosas tan distantes como la crianza de los hijos o piratear música, uno lo hace sin parámetros, aprende sobre la marcha, encuentra su estilo y hasta lo disfruta.

La vigencia es espontánea y no se alcanza con trabajo sino con ganas, mientras nos interesen más cosas novedosas que las que rechazamos andaremos más del lado de actualizarnos que del de estancarnos... con el hip-hop ni me dio ganas, con el Twitter sí.

Y me anoto para el brindis, así como no daría mucho por una nueva gaseosa, ni loco me pierdo de un bien vinito añejo.

Un abrazo,
D.

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¡Qué violento debe haber sido el accidente para que le enyesaran los ojos, Merceditas! Por suerte no tuvieron que agregarle dipotrías a las clavículas...

Me gustó el concepto de que los días no son nuestros y pienso que tal vez nosotros sí seamos, en cambio, hijos del tiempo que vivimos. Con cuánta liviandad nos hacemos de cosas que no tenemos ni cómo maniobrar... ¡le vendo el meridiano de Greenwich!

Un beso, amiga.
D.

Epístola Gutierrez dijo...

Uy, nunca lo había pensado!!
Cómo se van a reír mis nietos cuando lean mi blog!!!
Un beso.

Romina E. dijo...

Me compró su devolución, y no estaba en venta...
Buen fidne!

Daniel Os dijo...

Uy, nunca lo había pensado, Epístola… ¿cómo hubiera sido el blog de mi abuela, de haber tenido uno?
D.

Daniel Os dijo...

Esas compras impulsivas amenazan con desestabilizar mi economía, Romina, seré más cuidadoso con mis próximas devoluciones.
D.

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