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9 de febrero de 2009

El Club del Libro Libre

"Hay gente que no sabe qué hacer con su tiempo libre…" dirían algunos con aires de aterrizados.

Y lo peor es que tal vez tengan razón. A un tal Ron Hornbaker parece que le pasaba eso. Sin embargo consiguió ponerle acento altruista y un pequeño -tampoco estamos mencionando a un gran prócer- toque de imaginación al programa "Where's George?", creado por Hank Eskin, un tipo que tal vez no tenga nada más que tiempo libre y lo ocupa en convencer a la gente de hacerle el seguimiento a los billetes que ponen en circulación.

A mí una de las cosas a las que me invita el tiempo libre es a leer, y si bien tanto internet como las bibliotecas públicas son aliados gratuitos de lo que se pueda conseguir en librerías convencionales, la aparición de nuevos recursos me genera entre ilusión y curiosidad. A don Hornbaker, que casi critico en el párrafo anterior, se le ocurrió el recurso de liberar libros.

Su plan, delirante de a ratos aunque con aristas interesantes, consiste en abandonar un libro cualquiera en algún sitio público para que lo encuentre un desconocido, lo lea y lo vuelva a abandonar. Así cuando uno deja un libro en "la jungla", según la jerga que trata de imponerse con este método, le pega una etiquetita con un número de identificación y el que levanta el libro, al ver ese mensaje estampado en el interior, sigue las indicaciones y reporta en un sitio web dónde lo encontró, qué comentarios tiene de su lectura y dónde lo abandonó.

Este sistema, que para estos días ya funciona en muchísimos países, pretende convertir al planeta en una biblioteca global. Tal vez la pretensión sea algo exagerada… pero los adeptos al "BookCrossing", entusiasmados con el éxito que van recogiendo, se animan a ir sofisticando el método y se inventan distintos procedimientos de liberación e intercambio de libros, organizan foros internacionales de seguimiento o búsqueda de títulos liberados y hasta tienen sus encuentros nacionales y sus convenciones internacionales. La última fue en Londres.

Como toda iniciativa creciente, junto a su popularidad se van inflando sus detractores.

Algunos autores y, en especial, algunas editoriales lo entienden como una amenaza que conseguirá devaluar los derechos de autor por propiciar una inferior cantidad de ventas frente a una mayor cantidad de lectores de un mismo ejemplar… los defensores del "BookCrossing" aseguran que a través de la distribución gratuita (espontánea e inesperada) de libros se propaga la afición a la lectura, a la vez que se difunden autores desconocidos que, de otra forma, pasarían décadas amontonados en los estantes posteriores de las librerías más concurridas.

El libro libre ya existe… si se disolverán bajo la lluvia en las estaciones de tren o si todos los libros del futuro se adquirirán en los baños de los bares, ya nos lo dirá el tiempo. Yo recuerdo que hace casi tres años le dije adiós a una copia de "Sobre Héroes y Tumbas" y todavía me persigue en sueños, reclamándome el abandono y el olvido.

Dónde están los libros que ya no leeremos… muchos en nuestros propios estantes posteriores. Dónde están nuestras próximas lecturas… casi nunca lo planeamos; como si siempre hubiésemos encontrado los libros sueltos en la jungla.

40 comentarios:

Steki dijo...

Qué bueno, Danny! Vos sabés que yo ya había escuchado de esto u me parece una idea brillante.
Podríamos contagiarnos, no?
Buena semana para ti.
BACI, STEKI.

josef dijo...

Pues yo no sabía nada de esto. O sea que cuando me encuentre un libro por Internet es un BookCrossing, je. Bueno si no cuesta nada y es interesante...pero como sea un bodrio lo abandono donde sea jeje. Saludos!

Daniel Os dijo...

Ojalá, Steki.
Todo comienza con la generosidad de abandonar unos cuantos libros a beneficio de desconocidos, exponiéndonos a perderles el rastro indefinidamente.
Si mucha gente se animara a tomar la iniciativa, llegará el momento en que uno se suba a un taxi y lo esté esperando un libro regalado por un desconocido.
¿Nos animamos?
Un beso grande, gracias por pasar por aquí.
D.

Daniel Os dijo...

Me temo, Josef, que lo más probable es que la gente no se desprenda tan fácilmente de los libros con los que se ha encariñado… por lo que los bodrios serían lo más fácil de encontrarse.
Ahora, aquello de "encontrarse" un libro en internet, ¿no es como "encontrarnos" discos que nos gustan y bajarlos de sitios que no exigen pago a cambio.
No me extrañaría que algunos pongan el BookCrossing en la misma categoría de la piratería.
Un abrazo!
D.

Marcela dijo...

Sí, había oído de esto, y un poco la idea me había entusiasmado. Libros echados a volar tienen su encanto. Además, como no creo en la casualidad, encontrar un libro tendría toda una magia, una razón que sería interesante descubrir.
Besos.

Daniel Os dijo...

Visto desde tu perspectiva, Marcela, el club del libro libre es encantador. Sentarse en una plaza al solcito y encontrarse un libro, es una sorpresa que le alegra el día a cualquiera… por otro lado así se cumple a la perfección aquel apostolado de que uno no encuentra un libro sino que el libro lo encuentra a uno.
Ojalá algún día te pase.
Me lo contás, ¿sí?
D.

VAE VICTIS...!!! dijo...

Muy interesante propuesta la este señor, de pomerse en correcto funcionamiento seria una herramienta muy util para muchos que no podemos comprar libros para, despues dejarlos olvidados en un estante. Yo usualmente los regalo, nunca los conservo ( despues me arrepiento !!! jajaja ), los regalo a alguien que creo el libro necesita de él. Conocia la frase pero con las motos, son ellas las que nos encuentran, me paso siempre con estas maquinas, como la gilera macho 200 74´que restaure, o la Zanella NT 200 cuando otro andaba arriba de ella... ups...me paso lo mismo no solo con las motos jajaja.
Saludos Danielito y buena semana.
PD:
Guitarra, Fender o Gibson. cual preferis ???

Daniel Os dijo...

Ah, no, Vae… no es justa tu pregunta.

Con lo que me gusta el sonido legendario de la Gibson Les Pauls del 52 me ponés a elegir entre eso y la Stratocaster de David Glimour… no es justo. Como si te hiciera elegir entre una Triumph y una Harley… ¡no me hagas eso!

En todo caso, difícil que me vaya a encontrar una Indian, la Blackie de Clapton, una Tama de 7 piezas o una copia del Principito en la butaca del cine.

A lo sumo una revista Hola vieja, pero apoyo el BookCrossing.

¡¡Gracias por la visita!!
D.

VAE VICTIS...!!! dijo...

DanielitOs
amigo mio, que feliz seria si me encuentrara una MATCHLES 500 !!!
El libro que siempre regalo es el principito, no sin antes haberlo releido y vuelvo a leer mis propios sentimientos en distintos momentos de mi vida.
Encontre algunas cosas que atesoro y valoro, pequeñas y de poco valor comercial, pero para mi importantes. En cambio con las mujeres, ellas siempre me encontraron a mí, y yo...LAS PERDÍ.
Un gran abrazo
vae

Daniel Os dijo...

¿Qué tal, Vae, si organizamos un BookCrossing de mujeres?
¡Una especie de WomanCrossing…!
No, demasiado sexista. Creo que las mujeres que se van del lado de uno hacen bien en irse, de haberse quedado se hubieran entorpecido todos los caminos a la felicidad.
De todas maneras en tu foto te veo muy bien acompañado, me huele a que te hacés el perdedor para ganar el doble.
No consigo añadirle la falta de éxito a un soñador… A falta de buenos libros que dejar en tu umbral, te dejo este humilde regalito
…y un gran abrazo.
D.

BELMAR dijo...

un abrazo!!!

Daniel Os dijo...

¡Hey Belmar!
¡Qué grata sorpresa esta visita!
Otro abrazo,
D.

Beatrizl10 dijo...

Me parece una forma ingeniosa, divertida y generosa de promover la lectura. Chapeau!
Un abrazo.

Daniel Os dijo...

Ojalá, Beatriz, sea también efectiva…
El objetivo de convertir la tierra en una biblioteca gratuita global es tan ambicioso como atractivo.
Si no promovemos pequeñas utopías tengamos certeza de que las grandes jamás ocurrirán.
¡¡¡Gracias por andar por aquí!!!
D.

sinnombre dijo...

Hola, pasando a saludar y tambien para invitarte a que pases y veas mi blog a ver si encuentras algo de tu agrado y si te gusta intercambiemos enlaces, una suerte de fucionar dendritas o algo asi diria yo,je.
Saludos y hasta la proxima.

Daniel Os dijo...

Excelente la idea, Nokenicus.
¿Cómo no darme una vuelta por "El Mercadito del Rock"?
Aceito las ruedas de mi carrito de las compras y nos vemos allá donde la música es buena y gratis… a la rápida encontré algo de Emerson Lake and Palmer, Frank Zappa, Los Tres… parece que mi vista va a ser larga.
Gracias por tu visita y, más aún, por tu recomendación.
D.

impaledboy dijo...

Gracias por dejar una esperanza en mi blog! tenes la mejor onda!
Me gusta lo que propone tu ultima entrada ya que cada vez hay mas chicos que se alejan de la lectura u.u
Le Deseo Suerte!

Daniel Os dijo...

Gracias por los comentarios, Impaledboy.

Ojalá la propuesta del BookCrossing cobre fuerza… comienza por la generosidad del que abandona libros, el tiempo nos hablará de cuánta gente puede poner en marcha una acción desinteresada.
Un abrazo,

D.

ade dijo...

- Es la mejor propuesta que he tenido en años. Encontrar un libro que un desconocido dejo es tan mágico como leerlo y luego dejarlo para que alguien continue con su magia. Es un acto de amor, sisi, no tengo dudas, es un maravilloso acto de amor. Un beso enorme. Ade

Daniel Os dijo...

No lo había advertido, Ade, como un acto de amor. Ahora que me lo hacés notar te encuentro toda la razón: BookCrossing es un acto de amor… amor a la cultura, amor al desconocido…
Interesante tu enfoque, gracias por compartirlo.
Un beso,
D.

María dijo...

La suelta de libros...

Casi una epopeya que ni siquiera tiene el riesgo de terminar asfixiando a un delfín o una ballena, como sucede con el caucho de los globos, más vistosos y contaminantes.

Después está la lectura, casi con pretensiones de diario de viajes, que sugiere el seguimiento del ejemplar. Allí la sospecha de un nuevo libro.

Una vez lo intenté en alguna institución y la experiencia me indica que conviene sea siempre un libro que realmente merezca la pena ser liberado... esa consideración sugiere otro problema...

Daniel Os dijo...

Me interesa, María, tu enfoque sobre el BookCrossing como un experimento literario sobre el destino de un libro tras sus sucesivos abandonos y encuentros.

Luego de admitir que hay libros que no quisiera dejar de tenerlos a mi lado por nada del mundo y otros de los cuales me olvido antes de terminar de leerlos… parece que liberar un libro es un acto que propone una revolución en mis hábitos… si la mayoría de los lectores compartiera mis procederes, le pronostico al emprendimiento un magro itinerario.

Gracias por tu visita. ¡Muchas gracias!

D.

Anónimo dijo...

Aún lloro todos mis libros robados por quien menos que nadie debía hacerlo, hace casi doce años.

Daniel Os dijo...

Desconozco, Anónimo, la cronología de tu congoja… pero puedo conjeturar que hace doce años no te fueron robados unos libros sino que alguien tomó un par de pertenecias tuyas como rehén para seguir teniéndote. Seguramente para esa persona sos alguien importante.

Ojalá sigas aportando con tu visita y tu opinión… tal vez algún día te animes a dejar tu nombre también y no te compare inconscientemente con otros anónimos que usaron sus tinieblas virtuales para hacerme mucho daño.

Disculpame la comparación.
Gracias por la visita,
D.

Anónimo dijo...

Los libros fueron vendidos

Daniel Os dijo...

A veces pasa… le ponemos valor monetario a pertenencias por cuyas ausencias luego sentimos pena.
En el caso de la venta de tus libros, Anónimo, espero que haya valido la pena.
D.

Anónimo dijo...

Que haya valido la pena que vendieran los libros que me robaron???? Qué??

Daniel Os dijo...

Veamos:

Fue hace doce años. Unos libros fueron tomados por un personaje aún anónimo, de otro aún anónimo. Luego el anónimo receptor de libros los puso en venta y el anónimo despojado ganó en desdichas por la, desde entonces, irrecuperable pérdida.

Me imagino, Anónimo, que de continuar esta conversación voy a terminar enterándome del destino que corrieron tus libros, su vendedor y tu ánimo… mientras tanto, a fuerza de frases sueltas y reacciones inhóspitas seguimos avanzando a los tropezones.

Espero nos tome menos de doce años.

D

Anónimo dijo...

Quien vendió mis libros es mi hermana, desconozco dónde están los libros y mi ánimo es de dolor, angustia, desconsuelo

Daniel Os dijo...

Lo lamento genuinamente, Paula, es posible que de todas las pérdidas no importantes, la de los libros sea la más importante.

Conozco métodos que no los reemplazarán, pero tal vez sean un atenuante para tu pesar: los libros digitales. Conociendo los títulos, puedo llegar a dar con la suerte de conseguirlos de manera gratuita.

Si te atrae el plan, puedo colaborarte.
Suerte,
D.

Silvio dijo...

Daniel, interesantísimo aporte. ¿Pero hasta donde la idea es viable?

No me refiero a la reticencia de la gente a la lectura, sino al Modus Operandis. Me resulta francamente fantástica la idea de que un grupo de absolutos desconocidos sigan una suerte de hoja de ruta con un libro, leyéndolo y pasándolo a otros ávidos lectores desconocidos, que cumplirán con ritual obediencia el protocolo.

Estoy seguro que muchos libros lograrán sinapsis inesperadas en cerebros de lo más remolones. Y, como es obvio (soy un ser repleto de lugares comunes) serán muchos más los que sirvan para equilibrar la mesa del living de algún feliz incauto.

En cuanto a mis libros perdidos, bueno, se cuentan por centenares. Actualmente en lectura "La Gesta del Marrano" de Marcos Aguinis y "El Corazón en la Oscuridad" de Joseph Conrad. Por mi tesis, además, "Campo de poder, campo intelectual" de Pierre Bourdieu. En materia historieta intento terminar “Black Adam: The Dark Age”, que por ahora, pinta a bodrio.

¿Me fui de tema no?

Daniel Os dijo...

Entiendo, Silvio, tu pregunta inicial casi como una acusasión. Y la encuentro legítima. Es que el destino de los libros que hemos leído o no nos importa o será en nuestros estantes.

El BookCrossing apuesta a la generosidad y a las acciones desinteresadas. Me gusta cómo María alude al plan como una "suelta de libros".

No hay nada que hacerle. El lector asiduo tiene la necesidad de toparse constantemente con nuevos libros, por lo que no es de amonestarlo cuando entregue los ya leídos como parte de pago. También se puede conjeturar que otra parte del perfil del lector sea la de resaltar los tramos de la obra que van generándole intereses particulares y que luego no puedan deshacerse de ese libro marcado. O incluso sin resaltar segmentos, hay libros de los que no se desharán por razones no razonables… ni negociables.

Sobran los motivos para no desprenderse de un libro… excepto de los olvidables, a los cuales uno no les haría un seguimiento. Como toda obra planificada desde la emoción, el BookCrossing parece hacer agua en terrenos del raciocinio.

Me pregunto, Silvio, por qué ponés a ese material pendiente entre tus libros perdidos. ¿Son de lectura irrecuperable o físicamente no se sabe dónde están?

Un gran abrazo,
D.

Silvio dijo...

No Daniel, hubo una confusión en el último párrafo. Debería haberlo escrito así:

"En cuanto a mis libros perdidos, bueno, se cuentan por centenares.

Por otra parte te cuento el material que actualmente estoy consumiendo: "La Gesta del Marrano" de Marcos Aguinis y "El Corazón en la Oscuridad" de Joseph Conrad. Por mi tesis, además, "Campo de poder, campo intelectual" de Pierre Bourdieu. En materia historieta intento terminar “Black Adam: The Dark Age”, que por ahora, pinta a bodrio".

Daniel Os dijo...

Es difícil pasar de la página 20 de un bodrio, lo reconozco. Y más tedioso cuando se está obligado a devorarlo o encontrarle carne de conclusiones. Para mitigar tu tortura, Silvio, te cuento que hace una buena cantidad de años me obligué a terminar un libro que odié desde la página 6… hoy "El Proceso" de Kafka es una de las obras que más recuerdo como fuente de alegorías.
Suerte con "Black Adam: The Dark Age".
D.

Silvio dijo...

Cuando lo termine te cuento ¿dale?

Abrazo

Daniel Os dijo...

Cuando le apetezca!
D.

María dijo...

Una vez presté un libro casi como si se tratara de soltarlo.

Recomendé que fuera leído y releído. Que fueran dobladas las esquinas de sus páginas, que fuera salpicado oportunamente con cebaduras desbordantes, escrito, marcado y subrayado con lápiz, con tinta...

Que se lo aprovechara para guardar flores y boletos y hojas y tickets, para cubrirse la cabeza del sol de enero, para sepultar el tiempo muerto en los aeropuertos y las rutas...

La única condición era que, en alguna fecha no precisada, ese libro me volviera a las manos.

Como me conozco poco y me entiendo menos, nunca supe si pretendía soltar un libro o leer un alma.

Daniel Os dijo...

Tengo certeza, María, de que pretendías leer un alma. No lo afirmo por conocerte mucho o entenderte más que vos misma sino por la razón de que no hacemos jamás otra cosa.

La lectura de cualquier obra literaria, novelita de verano, revista de chismes o mensaje pegado en la heladera es, irremediablemente, una lectura morbosa, desautorizada e incompetente del alma del firmante.

Si recibieras de regreso el libro que con tan excéntrica condición prestaste, imagino que vas a necesitar ayuda para desenmarañarlo de manchas de café, notitas a los márgenes, papeles de caramelos pegados, avances pergaminados de los ajados arrabales amarillentos a los centros de las páginas, capítulos mutilados con ausencias disilumadas, arrancones vástagos de evidente bronca y hojas regresadas a su locación original aunque con marcas de haber intentado dar vida a pájaros de origami.

Me disculpo antes de despedirme, por el tiempo tomado en contestarte. Nuevamente podría aceptar que anduve viviendo, pero lo cierto es que mi demora se debe a haber visitado a los funcionarios del Departamento de Lectura de Almas que trabaja para este blog… les costó jornadas laborales extendidas el darme una respuesta para tu comentario.

D.

Brigantinus dijo...

Los libros que se dejan no tienen porque ser malos, simplemente que uno no los necesita, sea porque tiene dos iguales, o porque el tema nos ha dejado de interesar... o porque no tenemos más lugar en la biblioteca!
Cuando suceden estas cosas yo dejo siempre el libro "expulsado" en algun asiento público de mi ciudad (Barcelona), y la costumbre me parece muy buena... sobre todo cuando también encontré por el mismo medio algún libro que me llevé a casa.

Daniel Os dijo...

Generosa su alternativa, Brigantinus, espero algún día dar un paseo por las plazas donde usted se sienta a leer… será un placer intercambiar lectura.
D.

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