-Catalano -me presenté por obligación, estirándole la mano cuando ya no pude disimular que llevaba unos segundos parado frente a mí.
-Reichardt -me contestó con una sonrisa franca, similar a mi mueca insulsa.

Donde se sienta, Reichardt me tapa la ventana. Si giro un poco a la derecha miro por la otra. Y lo hago, no por ver las ventanas de los edificios de enfrente sino por estar menos en el mío. Así y todo cada vez que me asomo del fondo de la pila de carpetas y papeles para tomar aire o tratando de pescar alguna redención, ahí lo veo. Sentado. Mirándome.
Reichardt me mira. Al principio pensé que era casualidad, que cada vez que yo levantaba la vista me cruzaba con la de él. Pero me dí cuenta de que no es así. Cuando miro disimulado, con la cabeza apuntando a mi trabajo y los ojos en su dirección, él me está mirando. Y no lo disimula. Me hace algún comentario.
-Hoy te quedó la patilla derecha más corta que la izquierda, Catalano.
Hasta hace dos semanas le contestaba devolviendo algún atisbo de cortesía. Ya no sé porqué. Desde hace unos días soy deliberadamente grosero… lo ignoro, le tomo el pelo… pero la intriga no se me baja.
A veces me olvido de él, me meto en mis cosas y de repente me distrae haciendo algo para llamarme la atención. Bosteza a viva voz, quejándose de haber dormido incómodo en la noche, hace comentarios inconexos, no provenientes de ningún diálogo previo ni de algo sucedido en la oficina. Por lo general autorreferenciales.
El apio me cae pesado, peor en la cena.
Se está despegando el empapelado del dormitorio de mi hija.
Los policías me parecen más violentos que los asaltantes.
Jamás pude aprender a tocar piano.
Los acróbatas chinos son fenomenales.
Para mi edad tengo buena vista.
A la hermana mayor de mi esposa no le gustan los animales.
Le tengo miedo a la electricidad.
…Y no para con sus postulados, siempre en tono suave, hasta que yo intervengo. No espera respuesta de nadie, y si la recibe de alguien la ignora. Basta que yo levante la mirada y lo mire entre fastidiado e inexpresivo para callarse. Me dedica una sonrisa bonachona, bien ancha, que no le corresponde a su mirada de fanático acentuada por esos ojos tan claros que da nervios mirar. Finjo no observar cómo toma aire dilatando exageradamente sus fosas nasales, agitado, y regreso a mi trabajo.
Le tuve que preguntar a Restrepo si es idea mía, si estoy paranoico o si de verdad Reichardt le dedica horas a observarme. Me mira también cuando no lo miro, me confirmó. Me dijo que cuando vuelve del archivo se detiene detrás mío y, calladito, me mira… no mira lo que estoy haciendo… que ya sería bastante molesto. Me mira directo a las manos, a la ropa, estudia mi peinado, mi taza de café, sabe cuántas tomo por día y cuántas le pongo de azúcar.
-Te conozco dos pares de zapatos marrones y dos de negros -inventarió esta mañana.
-¿Qué te pasa conmigo, Reichardt? ¿Te molesto? ¿Te muestro mis calzoncillos o ya indujiste qué colores uso? ¿Te desestabiliza que escribo con la izquierda? ¡No dejás de observarme! ¿Te gusto? -intenté ironizar para que alguno de los que estaban ahí, presenciando mi desborde, supusieran que estaba bromeando- ¿Lo imagino yo o no hacés nada más que tomar registro de qué hago y qué dejo de hacer? ¿Estoy loco o el loco sos vos?
-Ja ja ja… tranquilizate, Catalano. Me caés bien, me parecés buen tipo… lo que no entiendo es porqué no dejás de observarme día y noche…
37 comentarios:
Es que todo es relativo, nada es absoluto :)
No?
Beso!
Ja se me vino un dicho que decía un viejo amigo "Cuando Juan habla de Pedro, más habla de Juan que de Pedro". Un abrazo maestro Os
Absolutamente de acuerdo, Carina. O relativamente, entonces.
Un beso,
D.
No conocía ese dicho, Pablo, es muy bueno.
Me gustaría conocer a tu amigo… más que nada para confirmar que no andan por ahí hablando de mí…
Un abrazo,
D.
Impecable Maestro!
La inexactitud de las miradas, las posturas subjetivas y la paranoia o las locuras propias.
Somos un poco de cada cosa!
Abrazo!
siempre me quedo instalada en sus escenarios, vea.
me encanta en el mejor sentido del encantamiento, andar por aqui, querido arty.
un beso
ah!... entonces feliz cumpleños y buena vida, querido libriano!
eso explica mi simpatía por usté: que soy tan geminiana.
otro beso con dulce de leche de torta.
(es que anduve por el cumple de Blonda, je)
Libriano?...Cumpliendo años?... Cuàndo?
¡Y se ha formado una pareja de paranoicos!
Este puede ser el inicio de una gran amistad, ajaja
Muy bueno. Me encantó este cuento.
Un beso.
A veces también presiento que alguien me observa, Magah, pero en vez de asumir mi paranoia, cumplo en concordar mansamente contigo que todos padecemos en parte de esa locura.
También cumplo, aunque en otro orden de cosas, los 26 de Septiembre… un tipo bastante cumplidor he resultado, fíjese.
Un beso libriano,
D.
Espero entonces ganarme el hacerla andar por acá, mi querida Miralunas, es muy grata su visita geminiana por estos escenarios.
Si usted lo dice, he ahí la razón de la mutua simpatía… no más que un inapelable mandato astral. Fuera de broma, antes de meterme en un tema donde rápido se nota mi desconocimiento, confirmaré cuánto descreo de los horóscopos… excepto como poderosa herramienta para iniciar diálogos entretenidos.
Muchas gracias por la felicitación y por tan bonita muestra de cariño. Un beso grande,
D.
¡Qué mirada tan aguda, Marcela! Es evidente que son almas gemelas… que resuelvan los roces con que iniciaron su relación y se muestran condenados a ser inseparables.
Tranquilamente Reichardt podría narrar con temor y rabia un relato llamado “Catalano Me Mira”.
Un beso grande,
D.
Los tipos que de lejos notas sus fosas nasales, no traen nada bueno... aunque mi especialidad son las bocas... podria argumentar: "tu boca dice más de ti que lo que tu puedes decir de ella"
Chau
AOC.
A veces pienso, Antonia, que ser prejuiciosos es un derecho más que un defecto. La virtud sería no perjudicar al prejuzgado por ejercer ese derecho y, lo que sería aún más difícil, no perjudicarse a uno mismo al juzgar a terceros.
Siempre que señalamos a alguien con el índice, hay tres dedos de la misma mano señalando a uno, escuché hace años.
Chaucito, amiga.
D.
Excelente, Dani! No en vano te dicen maestro, por ahí arriba, che. Cuánta paranoia, no? Hay cada uno... Está bueno el dicho de Franko.
Besos van.
Mucho paranoico suelto, Steki. Al menos estos dos tenían un espejo frente a sus escritorios... si no se hubieran vuelto cuerdos.
Un beso grande, amiga, y no vaya a creer todo lo que se anda por ahí diciendo de mí.
D.
Yo tuve una vez el mismo presentimiento y resulto ser verdad, dije:
no hay drama pero a mi me gustan los hombres amiga....
jajajajajajajajjajaja.
GENERALMENTE LAS SOSPECHAS SON UNA REALIDAD, EN TODO CASO LO QUE DIGAN DE LOS DEMAS ME DA IGUAL, ME QUEDO SIEMPRE CON LO QUE YO PUEDO VER O IMAGINAR ...NADA MAS.
Besos para ti.
mar
Pues algo me dice a mí que en realidad Reichardt andaba desde el primer día enamoradito de Catalano (por mucha hija y mucha esposa que tuviera), y al verse descubierto dio la vuelta a la tortilla...¡Que este Reichardt es un lince de listo!
Pero a mí no me engaña...Vamos, es evidente! Si hasta le encantan los acróbatas chinos! Con eso está todo dicho...
Un relato estupendo... lo mires por donde lo mires.
Un gran beso ad-mirado!
A algunos les agrada miran, pero que no los miren. Los que hablan por hablar solos ellos se venden.
un abrazo
Suponer, suponer...el gran detalle que lo obscurece todo, ja ja...me gusto la historia si tan solo Reichardt hubiese sido honesto ;)
me recordo al hombre que al ver otro con un zapato le pregunta "perdiste un zapato?" a lo que el otro contesta "no, me encontre uno"...
saludos,
Que noble que eres amigo mio... en la versión que te indiquen con el dedo estan aquellos que piensan: no importa los que se diga de uno, lo importante es que se diga...
Tambien existe "el terror recide en los detalles".
Besos miles.
AOC.
Me parece bueno eso de creer en el instinto de uno mismo, Mar, y sin perder la humildad de que nuestras sospechas pueden ser también infundadas.
Hay miles de formas de vivir la vida, el que encuentre la felicidad recibirá antes mi admiración que mi condena.
Un beso,
D.
Las señales son inequívocas, Merche, si le gustan los acróbatas chinos, también usa medias de mujer con portaligas negro y tacones. Además Catalano ha sido un galán irresistible. Con cada patilla de otro largo es evidente que lo andaba buscando.
Parece que finalmente era una historia de amor… sólo había que saber interpretarla…
Un beso grande, amiga paranoica.
D.
Creo que el ejercicio de observar a la gente es muy aleccionador, Tauro, además de entretenido. Se recomienda, no obstante, ser algo pudoroso para no atreverse a invadir con la mirada. No sólo para no ser descubierto y evitarse un ojo morado, también para no condicionar la conducta del observado.
Usted es un gran obserbador de la gente y sus conductas, lo imagino más discreto que al calvo del cuento.
Un abrazo,
D.
Así es, Patricia, suponemos y confiamos demasiado en nuestra perspectiva. Hasta decretamos leyes universales luego de una conjetura antojadiza.
Nuestra realidad está inexorablemente contaminada por nuestra forma de ver las cosas. “¿Le has preguntado a un sapo qué es una belleza? -decía Voltaire- Una hembra con dos hermosos ojos saltones, que sobresalen de su cabeza calva, boca grande y plana, vientre amarillo y lomo marrón”.
¡Muy divertido el comentario!
D.
Por otro lado, Antonita, si hemos hecho mérito opuesto al que depara comentarios favorables, pueden llegar a ser reconfortantes las indiferencias de los críticos.
A veces, ante la nulidad de brillos, guardar el perfil puede resultar una equivocada pero conveniente muestra de astucia.
Besos, amiga.
D.
¡Qué buen cuento Dany! Además, también me imagino a Restrepo en el triángulo perfecto de observadores.
Besos,
Muchísimas gracias, Clau. Si desde la perspectiva de Catalano alguna ventaja narrativa se ha podido obtener, seguramente este cuento contado por Restrepo sería otro completamente distinto. Mejor, con total certeza.
Un beso grande, amiga observadora.
D.
Daniel:
Pienso igual que tú, quizás lo exprese de un modo diferente, pero el fondo es el mismo.
Para mi una persona que descubre el modo de ser feliz y hace de eso su forma de vida es ADMIRABLE, ya sea desde la cosas más simple hasta la más trascendental.
Pd.
Con respecto al post de mi Blog, casi siempre hay decretos positivos, porque yo tiendo bastante a la depresión, no es porque yo no sufra, todo lo contrario, entonces al menos ahora estoy aprendiendo a no sufrir antes de tiempo que es un tremendo logro para mi, ahora me falta sanar heridas del pasado que vuelven a mi mente en forma de pesadillas cuando duermo y me dejan mal para todo el día.
Un abrazo para ti con mucho cariño, (aprovecho de decirte que ha sido muy bueno el haberte conocido, te encuentro, inteligente, sincero y directo, virtudes que valoro tanto).
mar
Excelente vuelta de tuerca, me ha encantado!!
Desde ahora, cuando alguien me mire mucho trataré de registrar si yo lo miro, ja ja
Felicidades, aunque llego tarde en fecha, no es tarde para desearte un buen año y que se cumplan todos tus deseos.
Un beso.
Ah, en mi blog hay algo para vos.
Muchas peleas que empiezan con un "qué mirás" siguen con un "¿y vos cómo sabés qué te estoy mirando?"
El infierno son los otros dice Sartre. El infierno es la mirada de los otros dice un gil.
El texto es brillante y va al fondo con un tema que siempre me gustó: la mirada.
Un abrazo
Ay, amiga Mar… si tantas virtudes me encuentra, tan bien no me ha conocido… oiga, me alegra mucho que logre patear esas piedras que se nos aparecen en el camino.
Parece que nuestros amigos del cuento tomaron el equivocado, el de fijarse demasiado en qué hacen los demás. Si para algún lado va eso, que se hagan cargo cuando lleguen.
Un beso grande, ruborizado por tanta exageración.
D.
Pero es inevitable, Epístola, la única manera de notar que somos observados es habiendo observado a todo el mundo hasta descubrir que un fulano nos mira.
Y hablando de mirar… veo que alguien dejó por ahí algo con mi nombre. Parece un regalito de cumpleaños… para allá voy.
¡Millones de gracias!
D.
…y el paraíso también —le contestaría Unamuno a Sartre, Marcelo— y mirar a los otros es divisar el paraíso —agregaría de metido que es, para no quedarse fuera del tema de las miradas.
Pero es un juego que tiene algo de enfermo, se recurre a postergar el diálogo cuando extraverbalmente ya se ha dicho de todo. En el amor no sucede distinto, por eso no demoran los comentarios que sospechan que si alguien mira mucho a otro es para regalarle bombones. Según un tal José, el amor y el odio son dos estados opuestos afectados por una misma emoción.
Propongo bajarse de ese juego, no lleva donde un tipo sin ganas de problemas desea. Pero antes, mire atrás al bajar.
Un abrazo,
D.
está mirando si vos lo mirás, es evidente!!
y puede ser que sea gay...no lo descartes.
kissessss
Claro, deMónicamente, si lo miro me mira y si no lo miro tal vez también y no me entere... o me entero igual.
Es posible que sea homosexual; definitivamente lo puede ser. O un asesino serial en potencia, o pescador, o coleccionista de sellos postales... No va quedando en quién confiar.
Un beso,
D.
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