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27 de noviembre de 2010

Irremontables

A corta edad comencé a interesarme por la obra de Nelly Álvarez, talentosa pintora con exposiciones y premios regados por todos los rincones de su carrera. Lo curioso es que entré al interés hacia su trabajo por la puerta de atrás.

Una noche, a mí y a mi hermano nos peinaron al agua para un costado, nos vistieron de fiesta y, sometidos a rigurosos zapatos apretados, mis padres nos llevaron a una elegante subasta de arte. Me maravilló el ambiente; cámaras de televisión, una iluminación que no dejaba rincón alguno en sombras, muchas e intimidantes caras desconocidas, pocas y aún más intimidantes caras de famosos y un embriagador aroma a combinación de perfumes que mareaba, sin embargo menos, que un enorme Picasso estratégicamente expuesto a la izquierda del maestro de ceremonias.

No conviene pedirle demasiado detalle al recuerdo adulto de mi consciencia de niño pero, entre mi sensación de que por ahí también ocurrió un banquete, recuerdo con exactitud un diálogo de canapés en el grupo que también integraban mis padres. Evitaré, si se me excusa, precisar nombres.

—¿Cómo no les da vergüenza exponer esas deformaciones de Picasso en una sala donde hay niños que están aprendiendo en la escuela las proporciones humanas? –lanzó un caballero señalándome impersonalmente sólo para ilustrar su postura, en realidad atacado por las ideas políticas del artista.

—Hay cosas muy buenas en esta subasta –argumentó mi mamá–, acabo de comprar ese óleo de la niña y la muñeca, ya sé dónde ponerlo en casa.

—Es de Nelly Álvarez, ¿verdad? –regresó el detractor del cubismo expresivo–. No te ofendas, Martita, pero un cuadro de Nelly Álvarez… ¡yo no lo colgaría ni en el baño de mi casa, ja ja ja!

El hombre de voz cargada de seguridad buscó la complicidad entre las demás miradas, aunque noté que mi papá fingió no estar atento a la conversación. Sin embargo no pudo disimular escuchar la respuesta de un tercer hombre presente en esa rueda.

—Nelly Álvarez es mi esposa.

La semana siguiente de una furgoneta bajaron en casa el óleo de la niña con la muñeca, una serigrafía de Sigfredo Pastor y otra de la colección del Quijote, de Picasso. En el cálido living de mi infancia se instaló una conexión especial con las pinturas de Nelly Álvarez y la convicción de que, con suma frecuencia, la palabra puede ser más poderosa que quien la pronuncia.


A continuación de esta ecléctica y evocativa colección de pinturas, una pequeña muestra de lo fácil que es construir situaciones de las que no es nada fácil salir:

-1-
Una mujer joven entra a un negocio de ropa para hombres preguntando por camisas para su esposo. Muy efusivo y amigable, la atiende un vendedor.
—Ah, ¡la felicito, señora! ¿para cuándo espera la futura mamá?
—Futura nada, soy gorda.


-2-
Un reparador de computadoras termina una labor en Casa Fridman y se presenta en Contaduría a pedir su cheque.
—Hola González, ¡qué bueno que no me atendió ningún Fridman hoy! Es complicado cobrarle a esos rusos…
—Entendiste mal. No soy González, soy Gonzalo… Gonzalo Fridman.


-3-
Dos amigos habían acordado reunirse en la fila de la boletería, uno de ellos llega algo más tarde que lo pactado pero reconoce en la multitud la espalda del otro. Se acerca, informal y festivo, a saludarlo.
—¡Baamonde, pelado maricón! ¿No hay un besito para mí? -eufórico, acariciándole la calva y pellizcándole un glúteo.
—No soy Baamonde, salí de acá o te rompo la cara.


-4-
Tres amigas detienen un taxi, dos de ellas se acomodan en el asiento trasero y la tercera junto al conductor. Indican hasta dónde desean ir y se entregan a la crítica despiadada de una obra teatral que presenciaron el fin de semana anterior. Al descender, el taxista se atreve a colar tímidamente unas palabras.
—Y… son obras vocacionales… la verdad que podría estar mejor, pero manejando este taxi doce horas diarias y ensayando media hora antes de la función… ¡tan mal no nos sale para ser gratis!


-5-
En un paseo por Eslovenia, tres argentinos y una española se detuvieron a admirar el vestuario y los movimientos de una bailarina folklórica. Enmascarando el sarcasmo con cara de aprobación, alguien compartió con el resto del grupo un sutil descubrimiento.
—¡Qué bien baila esa mujer! pero que alguien le enseñe a depilarse el bigote…
—¡Y que alguien te enseñe a a ti a cerrar esa bocota! -le devolvió la bailarina. ¡Soy de Bogotá y me afeito si me da la gana!


-6-
Un diseñador gráfico omitió incluir el día 31 de Mayo al diseñar unos calendarios que debían ser entregados por la Central Nuclear de Atucha como regalo empresarial. Con ánimo de no disgustar a su cliente, le ofreció corregir el percance.
—Mil disculpas, Rosenwasser, por error creí que Mayo era de treinta días… pero sepa que puedo corregir los originales, hacer reimprimir los calendarios y absorber el total de los costos. Para Atucha no significará un sólo centavo adicional.
—Ya en el Directorio el descontento es irremontable, Novoa, usted salteó justo el 31 de Mayo… ¡el Día Nacional de la Energía Atómica!


-7-
Desesperado y bajo los notorios efectos de una profunda afección emocional, un hombre le confiesa a su amigo que acababa de separarse.
—Ya con el tiempo vas a estar contento, Fernandito -con suma crudeza intenta su amigo brindarle apoyo- eran un secreto a voces las infidelidades de tu esposa, nunca me atreví a contarte nada, pero hacés muy bien en separarte de esa basura…
—¡¿Que mi mujer qué?! ¡Y justo me lo decís hoy que me estoy separando de mi socio!


-8-
En un acto escolar, los niños representaban una comedia muy divertida con personajes tiernos. Los padres asistentes, que se conocían apenas de vista por cruzarse en la escuela, intercambiaban opiniones.
—Te felicito por tu hijo, es un comediante innato… con mi señora comentábamos qué bien hace su personaje, cómo habla como payasito y qué natural hace que se tropieza…
—Bueno, gracias, pero no está actuando… Martincito es miope y tartamudo.


-9-
Durante una celebración, la abundancia de alcohol había liberado los labios y estrechado los vínculos entre los desconocidos. Un joven que se encontraba por tercera vez con otro en la barra, le desenvuelve una suspicacia.
—Al vejestorio de allá le gustan jovencitas… no se despega de esa pelirroja ni un segundo. Me imagino que ya le mostró la billetera porque ella también lo sigue por todas partes.
—Él le está pagando la universidad.
—Ah, sos peor que yo… ¿ya estuviste averiguando o también te gustó la chiquita?
—Son mi papá y mi hermana.

-10-
Una exitosísima cantante pop japonesa de gira por la isla de Kyūshū, en una parte de su presentación cubre su micrófono con una mano y, según puede verse por las pantallas gigantes, se acerca a decir algo al oído de su bajista.
—Dos canciones más y abandonamos este pueblito de macacos.
—¡Shhh! ¡Le estás hablando a mi micrófono!







28 comentarios:

Jorge Arbenz dijo...

La capacidad del ser humano para caer en el ridículo es asombrosa, tanto por la intensidad como por la perseverancia en cometer los estropicios.
Saludos muy cordiales, amigo mío...viste al de la fotografía de arriba, sí, el tipo con gafas, seguro que es un "neocon" a sueldo de la CIA. Ándate con cuidado.

☀Pau☀ dijo...

a mi me gusto lo que vi en la página de nely alvarez que pusiste pero me imagine que no eras de ese estilo............y hablando de estilos que lindo estas en tu foto nueva!!!!!!!!!!
besitosbesitos-besitos!!!!!!
pau

Maga h dijo...

Uf! ¿Cómo me perdí tu entrada anterior?...fue un buen viaje y habiéndolo terminado, y como corresponde, voy a hacer el comentario que en definitiva marca el final del mismo. Excelente post!

Me gustó la obra de N. Alvarez, por sobre todo me impactaron los ojos, miran hacia uno, se meten dentro, hasta me intimidaron.

También es un ridículo, del que nada fácil es salir, como nos enseñaron las proporciones humanas, la armonía de los cuerpos. De haberlo hecho de otra manera, hubiéramos aprendido lo mas importante, que la imperfección es nuestra mayor condición.
Suelo identificarme mucho más con una imagen del cubismo.

Bien por el cambio de imagen!

Abrazo!

MAR dijo...

Para gustos hay variedad, me refiero en el arte y en los chistes jajajaja.
Besos para ti desde mi linda Primavera.
mar

Daniel Os dijo...

Una verdadera curiosidad de la que debo hacerme cargo, mi querido Jorge, es que el tema del ridículo y el de mi imagen compartan plana… puedo ser un trago difícil para algún que otro ojo humano.

Me cuidaré de la CIA, gracias por la recomendación, aunque si alguien me pone a temblar es el FBI.

Un abrazo,
D.

Daniel Os dijo...

¡Paulita! ¡Qué sorpresa usted por aquí, mi amiga! ¿Es ésto un retorno a los blogs?

Comenzaré sin desmarcarme de Nelly Álvarez, admitiendo que la admiro sin que su estilo sea mi favorito. Es una artista talentosa, sé que defiende causas relacionadas con la niñez y lleva años contribuyendo a la cultura nacional. No más que aplausos para ella, y no seré irrespetuoso de ponerla a competir contra grandes maestros de la historia del arte, algunos de los cuales sí crearon estilos que son con los que me identifico.

Un beso muy grande, es siempre bienvenida tu visita.
D.

Daniel Os dijo...

Vamos que no se ha perdido nada, Magah, pero yendo al tema coincido plenamente contigo. Nos definen nuestras imperfecciones y son ellas las que nos permiten rodearnos de personas que, sabiendo de nuestros defectos, nos eligen de todos modos. Vale decir que, por mucho que seamos fundamentalmente imperfectos, siempre hay otro ser falible que merece lo mejor de uno.

Y ahí lo tenemos de ejemplo al viejo Pablo que, dándonos (por lo menos) cuatro estilos diferentes a lo largo de su carrera, siempre aparece alguien que rechace lo mejor que pudo dar en cada uno de ellos.

Y hablando de estilos e imágenes, ¡bien por la “Magah Warhol”!

Un fuerte abrazo,
D.

Daniel Os dijo...

Eso ilustra el arte, Mar: variedad. En sus concepciones, en sus formatos, en sus estilos y en sus canales. Por eso no hay uno mejor que el otro sino que con unos nos identificamos más que con otros.

Un beso grande, amiga.
D.

Romina E. dijo...

¿sabe que? No puedo definir lo irremontable. Lei varias veces su post, incluso recorde cuantas veces escuche esa palabra en la radio y en los casos ejemplo que la acompañaron. No logro definirla, crearle un campo visual q la represente, cómo si no existiera en mi vida...
¿qué es lo irremontable? ¿para quien como?
Si todo es energia y nada se destruye y todo se transforma...
no existe el irremontable...
beso!

Daniel Os dijo...

Tampoco la encontrará, Romina, si recurre al diccionario... al cementerio, como lo llamaba Cortázar recordándonos que las palabras nacen de la gente y allí de dirigen.

Los inteligentes saben evitar situaciones de las que sólo un astuto sabría salir... y los impulsivos se meten igual. Seguramente jamás generaste situaciones que no pudieras "remontar" (salvar de que cayeran en picada, arrastrándote con ellas al papelón). Es una señal de inteligencia o astucia, lo único que lamento es que para que yo llegara a esa conclusión hayas tenido que leer varias veces este texto.

Un beso,
D.

Steki dijo...

Bueno, ya me cambiaste la entrada. Empiezo por ésta entonces.

Esas cosas pasan a diario! Yo soy recontrametepata, jaja. ´También hay algunas que uno no sabe ya si son inventadas o sucedieron realmente. Me hiciste reír con los ejemplos, jaja.

Después vuelvo por el anterior.
Beso y feliz semana.

Daniel Os dijo...

El compiladito incluye de todo, Steki… propios, cercanos y lejanos de dudoso origen. Pero me dejás tentado de pedirte una contribución, no todos los días se topa uno con una recontrametepatas.

Un beso grandote para vos,
D.

Marcela dijo...

UY, si, cada situación.
Recuerdo a un amigo hablando a los gritos de su poca habilidad para tocar la guitarra comparado con Steve Vai y en su exaltación gritar que se sentía un manco y de repente notar que había un manco presente. En muchas de esas historias hay una gran dosis de mala suerte, ¿no? Porque en otros contextos no pasaría nada.
Un beso.

Susi DelaTorre dijo...

He visto un aire nuevo en tu espacio muy confortable, Daniel. Incluyendo desde la foto de tu perfil, a la reseña del principio, siguiendo por los relatos del ridículo... que parece que acecha para recordarnos lo fácil que se muestra.

Un saludo ( lluvioso por acá)

Daniel Os dijo...

Me hizo reír la metida de pata de tu amigo, Marcela, aunque para consolarlo te diría que casi toda la humanidad es manca comparada con Vai, el guitarrista que pactó con el diablo (según la leyenda, cumplió seis años el 6 de Junio de 1966).

Pero creo que muchas veces la mala suerte no tiene que ver con qué teníamos alrededor y no notamos sino con qué teníamos adentro y no callamos...

Un beso,
D.

Daniel Os dijo...

Claro que el ridículo acecha, Susi pero… no lo dirás por el caballero de lentes, ¿verdad?

Y sí, hubo uno que otro cambiecito por acá, es inevitable ir cambiando, hasta a veces es perseguido el cambio… y otras veces el cambiante.

Un beso desde las templadas temperaturas de estas latitudes.
D.

MONDO FRANKO dijo...

Estábamos con mi ex mujer (en ese momento no era ex claro) en un pub. sube a tocar una pianista ciega. Ella enseguida la reconoce como una compañera de la secundaria de otro curso. Termina y ella emocionada va hacia a la pianista y se presenta, la pianista no la recuerda y ella dice: "Bueno claro mucho no hablábamos en realidad nos conocíamos de vista". Todos los allí presente sonrieron conteniendo la risa. La pianista sonrío tristemete y dijo: Si debe ser, no?
Un abrazo maestro un gusto leerlo

Mercedes Pajarón dijo...

Le estaba enseñando las fotos de mi boda a mi exjefa, y en un momento determinado me pregunta:
-¿Y quién es esa gorda?
Respuesta:
-Mi madre.

Y otra: siendo veinteañera, voy con mi padre a una tienda cuyo propietario era conocido suyo. Tras los saludos de rigor, el tipo me señala y le pregunta:
-¿Qué, vienes con una amiguita?
Mi padre responde ofendido:
-Es mi hija.

Más que asociar estas inefables situaciones a la pintora Nelly Álvarez, yo las asociaría a René Magritte, y añadiría además: "Ceci n'est pas une pipe".

Me reí mucho con tu entrada... pero al final no compré ningún cuadro. Pero que conste que pujé por la foto de la derecha, sí, esa que nos mira al entrar en tu blog. Un beso!

Daniel Os dijo...

¡Qué situación más incómoda, Pablo!

Igual, para alivianarle la culpa a tu ex, le diría que los ciegos deben estar más o menos acostumbrados a que se nos filtren en las charlas expresiones relacionadas con la vista (a ver, no veo cómo, veamos, mirá lo que son las cosas, ¿viste?)… a veces parece que conversando con un ciego el discapacitado es uno.

Un gusto tenerte por acá.
Un abrazo,
D.

Daniel Os dijo...

Me acabo de dar cuenta, Mercedes, de que cuando los demás meten la pata con uno, lo recibimos mejor que cuando los papeloneros somos nosotros… en todo caso, que una jefa se sienta incómoda un ratito puede ser, en algunos casos, una pequeña justicia.

Me paso al tema de la puja por la imagen de la esquina… no me dijas que la que pujaba para que yo apareciera eras… ¡Mamaaaaaá!

Un beso,
D.

Anónimo dijo...

De todas, la situación septima es la que mas conocida por todos, la que se repite en tiempo y espacio; vaya naturaleza la del hombre que siempre repite las mismas historias, y aún cuando esta a punto de repetirla - inconscientemente sabiendolo - vuelve a creer en ella, pero ahora con otro nombre propio.

PM!

Daniel Os dijo...

Claro, sería sensacional aprender de los errores, PM, y quedar un paso adelante de ellos… mejor que retomar viejos caminos sabiendo eludirlos.

Pero si por alguna razón no hemos aprendido, o si se nos sorprende cayendo en situaciones que se nos parecen a otras ya vividas, prefiero la acción falible a la desconfianza. Una buena metida de pata es mejor que ser un eterno espectador analítico de la vida que nos vamos perdiendo.

Muchas gracias por su comentario,
D.

Fete dijo...

No he podido dejar de reirme, somos unicos a veces haciendo el ridiculo y encima nos quedamos con cara de circunstancia.

Saludos Daniel.

Carina Felice, Photography dijo...

Oh Dani: que nadie me obligue a elegir solamente Uno. No hay chance de hacerlo.
Bellos, con la dosis exacta de ternura y acidez :)
Beso grande!

antonia obiol y corcoll dijo...

La situación cuarta me deja preguntandome, los espectaculos gratis tienen permiso para las medias tintas, para el cantinfleo?

Cariños
AOC.

Daniel Os dijo...

Hacer el ridículo es inevitable, Fete, lo feo es cuando el ridículo nos define.

Un abrazo,
D.

Daniel Os dijo...

¿Sabés que tenés razón, Carina? No había notado que en una metida de pata hay también una dosis de ternura... No debiera sorprenderme que hayas ofrecido un nuevo enfoque

Un beso también para vos,
D.

Daniel Os dijo...

Los espectáculos gratis, Antonita, son eso: espectáculos y gratis. Vale decir, los hay espectaculares y los hay sin derecho a pedir un centavo a cambio. Ambas categorías pueden caer en el vicio de intentar ser sostenidos con palabras y eso, una obra explicada, es lo peor que le puede pasar a una obra.

Espectaculares y gratuitos cariños para tí.
D.

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