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28 de marzo de 2010

Las Cosas Por Su Nombre

Algunos autores prefieren no anticipar el destino de sus personajes y evitan ponerles nombres que evidencien el progreso de su historia. Así, por ejemplo, no llamarán Salvador al muchachito que en los capítulos más avanzados se convierta en el héroe del relato ni Dr. Caudales al ricachón del pueblo.

Otros autores, sí prefieren relacionar directamente las características de sus personajes con el nombre. Esta licencia suele acentuarse más, aunque no exclusivamente, en los relatos humorísticos y en la comedia. Un ingenioso ejemplo es Soledad Dolores Solari, el oscuro y divertidísimo personaje de Antonio Gasalla, a quien le suceden todo tipo de desdichas.

El Premio Nobel Elie Wiesel, en “Mensajeros de Dios: Retratos y Leyendas Bíblicos” (1976) ensaya la posibilidad de que las escrituras sagradas clásicas sean un compendio moral y ético, no con inspiración divina sino escritas con los pies en el polvo por uno o varios escritores rigurosamente mortales. Alguno de los argumentos que dan forma a su pensamiento radica precisamente en el nombre de los personajes bíblicos. Así, por ejemplo el patriarca Isaac es el fruto de la resignación de una anciana Sara que a los noventa años no podría ya engendrar; y un sumiso Abraham que, también anciano, entre devoción y sufrimiento habría entregado en sacrificio a su milagrosamente recién nacido hijo de no mediar la intromisión de un ángel (מלאך = maláj = “enviado o mensajero”, en hebreo). El “autor” de este texto nos anticipa al nacer el imposible niño, que a pesar de la resignación y el horror que escoltan su gestación y primeros días de vida, se le tenía previsto el nombre Isaac (יצחק = Itzják = “El Que Reirá”, en hebreo)… casi avisándonos que en los siguientes episodios el suspenso arribará a un final feliz.

En su universo, Borges acaba a sus personajes adjudicándoles nombres que aportan a la fluida navegación entre lo real, lo fantástico, lo autobiográfico, lo discutible y lo posible. Con frecuencia sus personales llevan apellidos alemanes o ingleses, con el objeto de convencer al lector sobre la existencia lejana de los mundos de ficción que describía. Sin embargo en un extraordinario relato de ficción, un caballero perturbado por su inmune memoria como quien pudiera oír al mismo tiempo todos los sonidos del mundo presente y pasado, se apellidaba sencillamente Funes. O enfatiza el carácter verosímil de una narración llamando en pleno país musulmán David Alexander Glencairn a un encargado de devolver el orden al sitio. En cambio, para anclar de factibilidad un relato metafísico, nos ofrece en “El Aleph” (1949) personajes tan del barrio como una tal Beatriz Viterbo, prima de Carlos Argentino Daneri, posible alter ego del mismísimo Borges, como Averroes en otro cuento.

Esta eficaz técnica de traer a la tierra un relato fantástico (en sus dos acepciones), es también habitual en la obra de Dolina, donde un grupo de muchachos sencillos se topa con un oráculo en el patio de atrás de una casona, juega al chinchón con el diablo, cata los elixires de la memoria y la sabiduría y frecuenta con ángeles o fantasmas apenas llamándose Jorge, Manuel o El Ruso y sin tener que emigrar de las callecitas con baldosas flojas del porteño barrio de Flores.

Cortázar ha reparado en la necesidad de que sus personajes sean a la vez creíbles y cooperen con la narración. Para ello ha tomado desde el riesgo de modificar el idioma hasta el de especular con la formación del lector, a quien en su cuento “Etiquetas y Prelaciones” del libro “Historias de Cronopios y de Famas” (1962) le confiesa de brutal el apodo de su tía segunda, para quien decidieron encontrar un sobrenombre más decente que “Ánfora Etrusca”.

Donde me surge la duda es nada menos que en lo caratulado realidad. Aquí no hay más autores que los padres de la persona, cuando ya no personaje. Afirman en algunos foros la hilaridad que se desprende del curioso caso del improbable Sr. Galindo luego de que su hija Mónica alterara su nombre al contraer nupcias con el Sr. Parada… al igual que la Sra. Dolores esposa del Sr. Muelas o el joven Benito, nacido en la familia Cámelas.

Si de atribuirle infactibilidad a algunos curiosos casos se tratara, sólo por la innecesaria relación entre un personaje real y sus manifiestas características, me quedaría por analizar la suspicacia que se desprende de la historia de un conductor de autos que solía andar “a los piques”, y su nombre era nada menos que Nelson Piquet. Pero más refutable sería entonces la historia argentina cuando al padre de la patria, Don José de San Martín, se le sabe haber conducido un ejército a caballo para que cruzara los Andes, liberara a los pueblos americanos y luego regresara a su hogar, donde lo esperaba enamorada su esposa, su antídoto contra los padeceres de haber escalado la cordillera… Doña Remedios de Escalada de San Martín.









35 comentarios:

Maga h dijo...

WoW! Un pormenorizado estudio a cerca de los nombres de los personajes, los autores y sus intensiones a partir del bautizmo!
Interesantísimo!
Volveré a leerlo nuevamente, me ha sonado tan jugoso que algo se derramam entre mis dedos.
Abrazos Maestro oS!

Sergio Vasilev dijo...

¡Buenísimo! Post de los que me saben sabrosos y dan para muchísimo.
En mi ignorancia habitual y como de aquellos que intentan "transformar los hechos en ideas" busqué si existía algo como la onomástica simbólica y encontré que la catalogación no estaba para nada errada.
Lejos de las clasificaciones, la onomástica empírica siempre nos dejará con el rictus desenfocado, ya que hay seres, que quieren hacer de su vida una novela... pobres los Usmail de Cuba y Etiopía...

Abrazo Os.

Anónimo dijo...

Gracias por la lección. Espero no olvidarlo el dia que escriba algo en serio.
un abrazo

miralunas dijo...

buéh..., sin ir mas lejos, mi estimado, mi madrina se llamaba Pura Carrera de Toti y ella cargaba ese nombre con una inocencia y una paciencia encomiables.(y sus padres una impunidad sin límites!).

interesantísimo y divertidísimo post, don oS!

voy ya mismo a agradecerle a mi amiga magah habermelo mostrado!

buenaventura!

Daniel Os dijo...

Oiga, Magah, tenga cuidado que el jugo que se le escurre entre los dedos no le manche la ropa… degluta con más cuidado los textos a medio cocinar que se publican por esta zona… Un placer si le da por regresar, pero que no diga que no se le dijo.

Muchas gracias por todo lo que anda diciendo por ahí que ocurre por acá.
D.

Daniel Os dijo...

Es que usted es de encarnar con camarón, mi querido Tavo. Una cosa es sacudirle el sopor una tarde de domingo y otra arrastrarlo a investigar responsablemente onomástica simbólica y empírica.

Le voy a confesar que no sabe cuánto me halaga que las inquietudes mortales de este modesto peatón le sirvan de trampolín para encontrarse con textos respetables.

Un afectuoso abrazo, otro para sus amigos Usmail y Dosauno.

D.

Daniel Os dijo...

Ninguna lección, amigo Tauromáquico… esto que leyó por acá son las fanfarronadas de un tipo que no sabe nada y lo escribe antes de que se le termine de olvidar.

Otro es su caso, y cuando tenga lectura propia que compartir no deje de avisar… por ahora nos deleitamos con lo que se le conoce en internet.

Un abrazo,
D.

Daniel Os dijo...

Una verdadera expiación cargar con determinados nombres, Miralunas… da entre pena y ternura la resignación de su madrina… le puedo asegurar que, lleve la vida que lleve, ya tiene asignado un terrenito en el Cielo.

Me recuerda a un personaje de mi familia que llamándose Alta Dora el destino la burló con una estatura de metro y medio… está dicho que uno no elige su nombre…

Le agradezco mucho sus palabras y, sin saber exactamente qué le habrán dicho de mi por otros blogs, sepa que no de todo lo que dice la generosa Magah puedo hacerme cargo…

Un beso grande,
D.

Maga h dijo...

jajaja me hiciste reir!

MAR dijo...

Muy buen post!
Besos para ti,
mar

Daniel Os dijo...

Shhhh… Magah… está bien, pero más bajito que ya es tarde…

Un beso, amiga.
D.

Daniel Os dijo...

Muchas gracias, Mar… a sus orillas nuevamente.
D.

☀Pau☀ dijo...

Dani: tenés elegancia hasta para decir Mónica Galindo de Parada y Benito Cámelas!!!!!
Te imagino escribiéndolo ruborizado.
Un besito!!!!!

Blonda dijo...

Qué bueno está tu blog! Cómo pude perdermelo? Es que hay tanto en blogger que realmente uno necesitaría una vida paralela para poder leer todo...

Me encantó el minucioso análisis de algo que parece obvio y no lo es. NI hablar del final ;)


besotes!!!!

Daniel Os dijo...

La elegancia es un valor en decadencia, Pau… lo que no puedo asegurar es no haber contribuido a que así fuera.

Pero, viera nomás la tragedia cotidiana de la Sra. Mónica… me ruborizo de sólo imaginarlo.

Un gran beso, amiga.
D.

Daniel Os dijo...

Imposible conocer todo, Blonda… fíjese nomás que hace sólo unos días conozco el suyo y a juzgar por la hinchada que la sigue es como no saber quién es James Bond.

El consuelo es que nunca es tarde, vea cómo todo tiene remedio… diría el finado San Martín…

Besos también para usted, seguimos en contacto.
D.

antonia obiol y corcoll dijo...

Notable su ignorante relato don Eustaquio, debo reconocer que a usted se le quedan pegados los personajes por años, he reconocido algunos que nos miraban mientras tratabamos de tragar esa horrible comida que llamaban dieta... Guacala!!!

Saluditos

Marcelo dijo...

Che, es mi primera visita acá y uno llega con poca fe poética, porque se ve cada cosa en el mundo blog. Básicamente gente que habla de sí misma todo el tiempo sin echar mano a una miserable metáfora que le permita hablar de sí misma (como todos queremos) un poco más disimuladamente.
Y me encuentro con esta maravilla. Yo creo que los nombres nos marcan. Como a aquel Dr. Murga, abogado de la Capital Federal condenado por asesinar a su esposa brasileña (un caso real)
Un abrazo
Volveré

MONDO FRANKO dijo...

No se porque me hizo acordar un evento que viví hace un tiempo en que rompí traumáticamente con una tal Dora. Y en el afán por olvidarla el universo conspiró contra mi: Todo lo que leía, en el diario y en los libros llevaba su nombre y se resaltaba: computaDORA, licuaDORA, mediaDORA, encuestaDORA, junta calificaDORA, armaDORA, envenenaDORA, empaca DORA, pacificaDORA... Me fui al carajo, perdón. Ah, a esto iba: no salga con una Dora.
PD: Fijese en mis contactos, hay un tal Mannelig, mire su blog, se me hace que a ud le va a gustar su estilo.
Un abrazo maestro

Mercedes Pajarón dijo...

Después de haber leído y disfrutado este fabuloso ensayo, me he dado cuenta con horror de que quizás yo sea un personaje creado y escrito por mis padres, que tuvieron el dudoso gusto de apellidarme Pajarón...

Señor Os, por este escrito merece usted una medalla, la que le niego a mis padres.

Daniel Os dijo...

Era hora de que mi ignorancia comenzara a impregnar de ineficacia mis textos, Antonita. En todo caso, ”de todos los que andamos a ciegas en el cuarto oscuro de la ignorancia, yo soy de los que se golpean contra las paredes buscando la puerta de salida”.

Solicito la colaboración de alguien ilustrado que me recuerde la autoría de la frase que acabo de citar.

Por lo pronto, un beso grande amiga y no olvide cada tanto darse un gustito en la mesa.
D.

Daniel Os dijo...

Lamentablemente, Marcelo, no seré yo quien pueda devolverle la fe perdida. También me he enganchado más con unos blogs que con otros, pero hasta de los que deliberadamente no me gustan rescato que sus administradores son personas con el hábito de leer y la intención de escribir… en eso nos parecemos, a lo mejor por eso me caen bien.

Con respecto al caso del Dr. Murga sospecho que el móvil del crimen fue por impotencia… qué puede hacer un Murga contra una Escola do Samba…

Un abrazo grande y bienvenido por acá, sería un placer vernos más seguido por acá o por su blog.
D.

Daniel Os dijo...

Basándome en su experiencia, Pablo, adoptaré la recomendación con todo el rigor de la ley y si me enamoro perdidamente de una dama, evitaré por todos los medios que ella se llame Dora.

Pero fíjese qué curioso cómo contra mí también conspira el universo… en todas las tapas de revistas veo jóvenes que me recuerdan a mi futura novia…

Cambiando de tema, me genera curiosidad saber qué sucede en el blog de su amigo Mannelig… lo visitaré en breve.

Un gran abrazo,
D.

Daniel Os dijo...

Nos es habitual amonestar a nuestros padres, Merceditas, de no ser por las dificultades de poner en contexto poético a determinados apellidos, terminamos encontrando excusas a veces miserables.

Más bien agradézcales, la han sometido a la tarea de eclipsar con virtudes una incomodidad que muchos no superarían… y lo ha logrado con talento literario.

Tenga, pues, su merecida medalla.
D.

Marcela dijo...

Hay nombres a los que uno termina acostumbrándose, ¿no es cierto? Y nombres que suenan feo, con la costumbre, terminan sonando lindo, o agradables. Aunque, una de mis abuelas se llamaba Zoraida, y durante los meses del embarazo, toda la familia intentó convencer a mi madre de darme ese nombre. (Por suerte, escogió Marcela). Con esa abuela estuve en contacto muy poco tiempo (ni la recuerdo), y el nombre sigue sonándome feo. Mi otra abuela y mi mamá se llaman Dora, que no es el nombre más agradable del mundo, y sin embargo, por la costumbre supongo, para mi, suena bien. Hay algo subjetivo en los nombres. Como que toman el color de quien los viste.
Besos.

Daniel Os dijo...

Te salvaste de que el embarazo humano dura sólo nueve meses, Marce, porque si seguían las deliberaciones familiares Zoraida podía ganar más terreno.

Pero es como vos decís, uno se acostumbra a los nombres… ahora, más lindo que acostumbrarse es estar conforme…

Un beso grande, Zori.
D.

Marcela dijo...

jajajaja
¡Zori!!
Tenés razón, tuve mucha suerte!
Otro beso.

Jeferson Cardoso dijo...

Yo no hablo español, pero le gustaría invitar.
Quiero que venga a ver a mi manera.
Mi manera de pensar.
Utilice la herramienta de traducción
Véase lo que siento
Vea cómo este hombre común se siente
Este lugar aparte.

Hug: Jefhcardoso de http://jefhcardoso.blogspot.com

Anónimo dijo...

jajajaja!!!!!!! como me reí!!!!
igual que dijo pau, sos muy elegante para decir "moni caga lindo de parada!!!!
y no te habia entendido lo ANFORA ETRUSCa asi que lo busque en google y encontre esto:

"Visiblemente dotada de un trasero de imponentes dimensiones, jamás nos hubiéramos permitido ceder a la fácil tentación de los sobrenombres habituales; así, en vez de darle el apodo brutal de Anfora Etrusca, estuvimos de acuerdo en el más decente y familiar de la Culona."

sos un hijo de puta!!!!! jajajaja
FLO

Susi DelaTorre dijo...

Y es que los nombres son determinantes ... o no.

Me ha gustado mucho leerte! Es cierto que a veces, nos encontramos adivinando situaciones a raíz de lo que nos sugieren los nombres o apellidos de los personajes, o los relacionamos en el momento que el autor quiere.

Igual que si prendiese una chispa de luz, si ha conseguido ser sutil.


Un grandísimo saludo, Daniel!!

Acido dijo...

Mi profesor de matematicas de 5 año se apellida Contieri.
Siempre me pareció que no podía haberse dedicado a otra cosa, aunqeu quisiera, pobre hombre.
Muy lindo blog! lo sigo!

Daniel Os dijo...

Con mucho gusto acepto su invitación, Cardoso, y si le atrae lo que se conversa por acá siéntase cómodo y confíe en su español que suena muy bien.

Un abrazo,
D.

Daniel Os dijo...

Parece que eso soy, Flo… habría que colgarme, ¿verdad? ¿Qué es eso de andar induciendo a la gente a que lea a Cortázar?

Me alegra mucho que te hayas encontrado con esos textos, espero los estés disfrutando.

Un beso,
D.

Daniel Os dijo...

Me gusta tu óptica sobre la sutileza de los autores, Susi, me recuerda aquello que decía Unamuno que los escritores no deben escribir ni todo lo que saben ni contar toda la historia… hay una parte que la tiene que terminar el lector.

Por conjugar lo que me traés a la mente con el tema de los nombres, me detengo en lo irónico del nombre que eligió para el cura que perdió la fe en su novela corta "San Manuel Bueno, mártir".

Un saludo muy afectuoso para vos,
D.

Daniel Os dijo...

Tengo entendido, Rochi, que Contieri se quiso anotar en Veterinaria y en Psicología pero con ese apellido sólo lo dejaron inscribirse en Exactas… nació predestinado el profe…

A mí también me gustó tu blog, me divertí mucho con lo que leí por allá.

Bienvenida. Un beso grande,
D.

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