Páginas

18 de abril de 2010

Lo Admito: Estoy Perdido

Cuando hablamos de transición violenta también hablamos de eventos traumáticos que se encargan de que nuestras vidas dejen de ser lo que solían para, no sin un desorganizado período de adaptación, retomar las riendas de las circunstancias. Y, en el mejor de los casos, volver a gobernar la situación.

Llegué a detestarla casi con la misma intensidad con que la amé cuando fue mía. Pero ahora que se ha ido para siempre, mi vieja computadora ha sido reemplazada por una pequeña muestra de que en el mundo hay aún sitio para la esperanza… sólo falta que me acostumbre, que me sienta cómodo, que encuentre mis iconitos y mis documentos…

Quererla, ya la voy a querer como quise a la otra.









27 comentarios:

antonia obiol y corcoll dijo...

Lo bueno es que no puedes negar que me quisiste...

Besos

Anónimo dijo...

Siempre sera mas facil querer a la nueva y olvidar a la vieja.
Ademas la nueva esta a tono con el mundo actual, en cambio la vieja estaba perdida en sus recuerdos.
A la nueva la podras llevar a lugares donde era imposible ir con la vieja.
La gente te envidiara y tus amigos se sentiran mas comodos con la nueva y olvidaran los rezongos de la vieja que todo criticaba y nada le gustaba. Felicitaciones y te deseo que disfrutes ahora de la vida. un abrazo

Jorge Arbenz dijo...

Yo estoy asistiendo a los últimos días de "la vieja", tal vez semanas: me invade la nostalgia, pero es ley de vida cibérnetica ( o no, pero alguna excusa tenía que darme para justifica mi caprichosa apetencia por la juventud)
Saludos cordiales desde BCN, Daniel.

Mercedes Pajarón dijo...

Yo no pude deshacerme de mi antiguo amor; habíamos compartido demasiado como para fingir que nunca existió. Lo guardé en un armario, y de vez en cuando lo saco, le cargo la batería, oigo el ruidoso ventilador a toda máquina, contemplo con ternura su lentitud, y recordamos viejos tiempos...Qué quieres, Daniel, te acostumbras a las computadoras que vienen después y hasta les tomas cariño, pero...al primer amor no se le olvida nunca. Ya lo verás (Merceditas dixit)

Un gran beso!

Maga h dijo...

Siempre es así, es mas hoy por hoy, donde hasta las personas somos descartables, el cambio impera y a bancarse la crisis de acomodación y a adaptarse.
Ya cambié hace dos años y hoy la pobre "otra" ya es un viejo recuerdo.

Abrazos maestro y no se preocupe, de su estado de confusión, saldrá algo bueno!

Claudia Sánchez dijo...

Hummm... no sé si la querrás igual... estoy casi segura que la querrás distinto, como también será distinto el odio que a veces te inspirará. Lo importante es que pronto olvides a la otra. No tener con qué comparar, hace que tu amor (y tu odio, eventualmente) parezcan únicos.
Yo aún me resisto al cambio de máquina. Primero debo adaptarme a todos los otros que se me vienen pegando como chicle vió?
Por cierto, este post tiene toda la pinta de microrrelato.
Besotes,

MAR dijo...

Yo soy sentimental...me quedo con la vieja y con la nueva...a pesar de ser algo material...cada una tiene su lugar en mi corazón.
Besos para ti y felicidades por tu nuevo pc.
mar

miralunas dijo...

estoy perdida, lo confieso.
hasta que lo leí, pensaba en la tecnologia y mi PC.
pero luego se ha abierto esta cosa de viejos y nuevos amores.... y me perdí!

usté tambien se va con la mas joven?
personas descartables?
mire usté!

yo prefiero amores y recuerdos diferentes.

en fin!

pero sigue cautivándome su blog, claro.

Sergio Vasilev dijo...

Con las máquinas sí, totalmente.
Es el vicio de nuestros estereotipos y costumbres: queremos, prefabricado, lo mismo que con la otra. Esto es lo que invalida el mismo comportamineto con las parejas: si cambiamos, aún en el peor caso,al menos lo hicimos para cambiar...

Abrazo.

TdM

Acido dijo...

A mi me sigue dando nostalgia ver pasar un clio 3 puertas gris. creo que nunca lo supere. aunque adore al nuevo gol 5 puertas azul y comprenda que era mejor para todos el cambio.

Daniel Os dijo...

Cómo negarlo, Toñita, si lejos de desechar mi antigua pasión, tu revoltosa juventud la ha desencadenado en obsesión descontrolada.
Besos... y dígale a su marido que deje de lustrar el revólver, que me da vértigo.

–¤–

Es tal como usted lo denuncia, Tauro. Con la vieja me sentía en permanente estado de reclamar compasión... le he aclarado a mis amigos que cuando la conocí era hermosa, ligera y hasta olía bien. He admitido también que fue mi mano quien contribuyó a su deterioro hasta que terminó por abandonarme. Y mis yemas, que no resisten su ausencia trajeron a casa la frescura de esta cabecita hueca que, de momento, tiene su disco rígido prácticamente deshabitado.
Gracias por entenderme.
Un abrazo.

–¤–

Aquí nos expone, Jorge, el punto geográfico exacto donde se juntan el hambre con las ganas de comer. Por un lado, la inexorable fatiga de un equipo que va cumpliendo años y que ya ha cumplido suficiente; y por otro lado, satisfacer el deseo que sigue joven y dispuesto a probar nuevas teclas aún si las viejas soportaran un par de rounds más.
Que el reino del consumismo no ponga a su bolsillo en aventuras por las que su corazón no habría palpitado.
Saludos cordiales, a pasitos de la corona de la Reina del consumismo.

Daniel Os dijo...

Dame un segundito, Merce, que seco mis lágrimas y te contesto. Listo. A fuerza de hábitos nómadas me he tenido que alejar de afectos y pertenencias que siguen ocupando unos cuantos GB de mi memoria, a falta de un arcón físico donde almacenar mis recuerdos... más que este rejunte insolente de lo que la memoria aún no ajustició.
Ya olvidaré también, así como seré olvidado. Lo cierto es que de momento estoy entregado, aunque no niego que forzosamente, a llenar la memoria de mi nuevo equipo... al que sé por dónde mirar para caer perdidamente enamorado.
No es momento para mí de recordar todo lo que viví con la vieja... te dejo un beso y vuelvo a secarme las lágrimas...

–¤–

¡¿Personas descartables?! No toque la cicatriz que está bien cerradita y manejada, Magah... mientras los viejos recuerdos sean también gratos, tienen abiertas las puertas de mi consciente. Por ahora, a manosear un poco esta nueva joyita y veremos por qué agujerito se desinflan el recuerdo y la confusión.
¡Un beso grandote!

–¤–

Me dejás pensando, Clau, que aunque me propusiera el imposible de encontrar a la vieja en la nueva, me sería imposible... no sólo que es otra la computadora sino que yo mismo ya soy otro tipo.
Sé que el tiempo nos hará amar y odiar mutuamente, fijate que así como le reconozco la silueta más hermosa que jamás antes vi, ya también estoy tentado de agregarle funciones que el fabricante no recomienda.
Ojalá mi nueva compu dure más que un microrrelato.
Besius

Daniel Os dijo...

Es muy tierno lo que me decís, Mar, me hiciste acordar a mí mismo cuando era niño y creía que los objetos tenían sentimientos... me costaba abandonar las zapatillas rotas o los juguetes viejos. De todos esos objetos hoy apenas me queda un hermoso recuerdo de infancia. Ojalá uno mismo, al pasar a ser recuerdo, sea de los agradables.
Un beso grande.

–¤–

Francamente, querida Avistadora de Satélites Naturales, las alegorías y símbolos afloran desde suposiciones y conjeturas, pero nada más cierto que a mi vieja Mac portátil se le declaró muerte clínica hace una semana y no me dejó más opción que fingir que la puedo olvidar y encontrarle un urgente reemplazo.
Si se tratara de amores, más que de tener que elegir entre la nueva y la vieja, estaría avergonzado y arrepentido de haber enamorado a dos al mismo tiempo... me sentiría miserable y ante un riesgo si lograra quedarme con cualquiera de ellas.

Daniel Os dijo...

Irrefutable diferencia, Tavo, y como si no fuera suficiente, al abandonarnos una dama lo lamentamos hasta dejar de comer y afeitarnos por semanas, pero tras la muerte de una computadora sólo nos preocupamos de agasajarnos de inmediato con una más moderna y asegurarnos de que todo lo nuestro que aún se halla en la otra sea recuperable.
Así somos algunos insensibles donjuanes informáticos.
Un abrazo

–¤–

Te cuento, Rochi, que con el argumento de "era mejor para todos" es más común quedarse de a pie añorando los viejos paseítos que terminar sintiéndose de nuevo en camino... bueno, al menos en cuanto a amores... entre autos y computadoras hay vida después de la añoranza.
Un beso

Anónimo dijo...

Uno se acostumbra mas pronto de lo que cree :P

vas a ver que todo sera como en antaño y seras feliz

:D

cuidate

Adriano dijo...

Daniel, veo que andamos con similares disyuntivas tecnológicas. su compu, mi celu. viejas/os vs nuevas/os es inevitable lo metafórico, no? suerte con la nueva, lo felicito, tiene un blop rete elegante.

MONDO FRANKO dijo...

Yo me compré una computadora nueva blanca chiquita que va conmigo a todos lados... y mis colegas (envidiosos ellos) me dicen que parezco ahora una señora paseando con su caniche toy. La otra la puse al lado de la cama como centro musical y para ver series y películas a todo volúmen. Como dice Drexler, todo se transforma. Una abrazo maestro (queremos foto de su caniche juuuuas)

SILVIA dijo...

Pues casi que me pierdo contigo Daniel. se me rompió el ordenador demesa y ando funcionando con el portatil de la cría. ¡Dios! Necesito mi ratón, esto es un infiernooooo!!!! JIJIJI!!!
Besos a montones!!

Daniel Os dijo...

¡No quiero todo como antaño, Nefertiti! La línea del tiempo está trazada en una única y clara dirección, tan clara que querer transgredirla es sólo para provocar accidentes.
Pero seré feliz, te agradezco el augurio.
Un beso.

–¤–

Sí, Adriano, a veces se alinean los atros justo donde se nos desalinea la tecnología y una de las primeras cosas que sacamos son conclusiones y metáforas. Pero la primera que sacamos es la chequera para resolver.
Véngase cuando quiera por este blog… de la elegancia que notó, poco puedo ofrecer más que las últimas dos sílabas.
¡Bienvenido!

–¤–

Y veremos en qué se acaba la metamorfosis de mi recientemente difunta Mac portátil, Pablo, que curiosamente también era pequeña, blanquita y… la extraño. Todo indica que se ha transformado en dos kilos y medio de plástico, estaño y material ecológica y funcionalmente no reciclable.
Igual, me lamento de puro sentimental que soy… amo a mi nuevo iPad, así que cuando lo desee sacamos a pasear juntos a nuestros caniches.
Un abrazo grande.

–¤–

Después de leerte, Silvia, me comencé a preguntar algo que suelen preguntarse las nuevas generaciones… cómo se era niño y feliz hace unos años cuando raramente se podía contar con una PC en una casa y directamente no existía conectarse a internet…
Respuesta lógica no hay, pero veo que cuando falla la tecnología nos quedamos sin más opción que revivir aquellos tiempos en que la tele era la reina del ocio.
Un beso grande y espero que resuelvas pronto tu ratón.

M dijo...

Soy de encariñarme igual con las cosas materiales, como los autos por ej, he sentido mucho su partida cuando por alguna razón se vendieron y mi computadora es mi consentida que cuido muchísimo, pero bueno con tal de no quedar desconectados, uno se adapta a lo nuevo.
Me alegro por tu nueva amiga !!.
Besos cibernéticos!

Ricardo Fasseri dijo...

jaja, muy bueno! pero tené cuidado de no tenerle celos si alguna vez no te responde...

Romina E. dijo...

Clasico! Eso q tanto quiero ahora medio q me complica...
Bue, ya habra tiempo para conocerse y empezarse a querer con toda intensidad...
besos!

Marcela dijo...

Todos los amores necesitan tiempo, Daniel. Dale tiempo a la nueva para que te muestre todo su potencial. Pero no olvides a la otra... pobrecita!
Besos

MAR dijo...

Con los comentarios me hicieron recordar a mi poodle toy "BLANQUITA" que en paz descanse porque en vida no lo hizo mucho.
LA EXTRAÑOOOOOOOOOOOOOOOO.
mar

Anónimo dijo...

Yo odio a mi ordenador, y el hijo de puta lo sabe.

Daniel Os dijo...

Me pasaba algo parecido hace tiempo, M, y tal vez en menor medida me siga ocurriendo. Creo que es más fácil atravesar etapas y adaptarse a los nuevos tiempos si nos deshacemos del lastre de las cosas que acarreamos. En el caso de mi vieja computadora, ya logró deshacerse de mí.
Un beso grande y bienvenida por aquí.

–¤–

La verdad que no me deja en situación de privilegio admitirlo, Ricardo, pero por ahora el que no responde soy yo… no sé, estaré desconcentrado, distraído… la veo tan nuevita y tan dispuesta que me da ganas de hacer todo en el mismo instante. Ojalá me tenga paciencia…
Un abrazo.

–¤–

Me hiciste acordar, Romina, a una frase que dijo Bill Clinton cuando ganó sus primeras elecciones: “Me siento como el perro que corre tras la camioneta, y ahora que la alcancé no sé para qué la corría”. Sin embargo, a diferencia del presidente, me tengo fe… tengo planes de portarme bien con la nueva compu y si ella también pone lo mejor de sí, podremos estar frente a una relación estable y duradera.
¡Un beso grande!

Daniel Os dijo...

Es cierto, Marcela, los amores necesitan tiempo y ahora que estamos recién conociéndonos, estoy feliz como un nene en su cumpleaños. No te puedo negar que de la otra poco y nada me acuerdo, pero por mis archivos que quedaron presos en su memoria infranqueable me va naciendo lentamente un rencor obsesivo. Sí, pobrecita, ya lo sé… no me hagas sentir un desalmado…
Te mando un beso.

–¤–

Espero, Mar, que tu Blanquita esté en cielo de los perritos y las computadoritas junto con mi Mac portátil. Y más aún que eso espero que no se le dé por usarla y mandarte e-mails… no sólo me asustan los mensajes de los animales desde el más allá sino que no soportaría que con tu poodle toy mande mails y conmigo no.
Arriba ese ánimo amiga, cómprese otra mascota y aproveche a conseguirse una con más RAM y más puertos de salida.
Besos.

–¤–

Me da la impresión, Jordim, que con estos aparatejos todos mantenemos una relación que se balancea constantemente entre el amor y el odio. De lo que no hay salida es cuando toman decisiones por sí mismas, decalaran su independencia y uno tiene que comenzar a arreglárselas sin ellas… debí notarlo antes, cuando mi vieja computadora salió en manifestación e incineró sus sostenes.
¡Un gran abrazo!

LinkWithin

Blog Widget by LinkWithin
Page copy protected against web site content infringement by Copyscape
El material publicado en este blog ha sido registrado como propiedad intelectual de Daniel Os y se encuentra protegido por las leyes de copyright. Será penalizada su copia total o parcial sin previa autorización del autor.