Cabalgamos por el mundo
en busca de fortuna y de placeres
mas siempre atrás nos ladran,
ladran con fuerza…
Quisieran los perros del potrero
por siempre acompañarnos
pero sus estridentes ladridos
solo son señal de que cabalgamos.
(Traducción de Roberto Gómez Junco Jr. extraída de Mundo Hispanohablante, de Arturo Ortega Morán)
Luego, gente mejor informada que yo, le atribuye el error de autoría a Eva Perón que, aparentemente, fue quien agregó el nombre de Sancho en medio del viejo refrán judeo-español. Sin ánimo de convertir este texto en la secuela de “Dichos y Desdichas”, resulto en incluirme en la lista de Cervantes, Goethe y Evita comulgando con el proverbio, a raíz de la muerte de Steve Jobs. Y aprovecharé para hablar de él, ahora que no está para contestarme.
Para unos, fue no menos que el Da Vinci del siglo 21, un hombre visionario que sacó a las computadoras de esas salas enormes que abundaban en las series de ciencia ficción para llevarlas al escritorio de cualquier mortal, revolucionó la forma en que se vende y se escucha música, dio inicio a la era del cine de animación digital, atrevió a la humanidad a pasearse con una pieza de varios cientos de dólares en un bolsillo y algunos bromean que, con esos teléfonos inteligentes, el buen Steve les modificó incluso la forma en que van al baño.
Generaciones, después de desaparecido Steve Jobs, seguirán disfrutando de sus innovaciones y algunas de sus patentes saldrán al mercado varios años después de muerto el hombre. Incluso una planta fabril con características de ciudad hipertecnologizada que genera su propia electricidad, pretende imponer una nueva metodología de construir y generar.
Pero, aunque su carisma y sus dotes de líder natural mantuvieron mitigados a sus escasos detractores, también se le atribuye a Jobs haber representado el estigma de la obsolescencia programada, esa práctica por la cual los productos no alcanzan una duración relacionada con el uso que le da su comprador sino el que les planifica la empresa que los fabrica, generando una necesidad puntual de reemplazarlos o, en muchos otros casos, la insatisfacción de los usuarios por el lanzamiento de un nuevo modelo de similares características pero mejor aspecto. La obsolescencia programada, como mal moderno, mantiene a varios millones de personas en el mundo disconformes con sus logros materiales, angustiados por el temor de no poder permanecer actualizados y con bajos índices de felicidad renovados por cortos períodos tras la adquisición de un objeto recién puesto en el mercado. A su vez, los desechos de los productos reemplazados van generando año tras año aludes de chatarra tecnológica potencialmente útil, pero indeseada, que puebla los basurales y es trasladada a sectores marginados por su baja capacidad de consumo, donde los habitantes hurgan entre teclados en idiomas extranjeros y monitores quebrados sin encontrarles mayor utilidad que la de separar plástico de cobre para venderlos por monedas.
No necesariamente puede culpárselo, pero no para todos es simpático que Steve Jobs haya ocupado el rol de los pocos privilegiados dentro del nuevo orden social en el que el poder y la toma de decisiones se trasladaron de los gobernantes del mundo a las empresas que lo mueven, este orden en que las multinacionales han ganado autoridad, hasta la doblegación, sobre presidentes, reyes y dictadores.
Recuerdo hoy a un hombre que aportó en calidad a mi vida, que puso imágenes impensadas frente a mis ojos, que me enseñó mejores herramientas con las que ser un profesional competente y con las que ganó sus propias competiciones dejando derrotados a quienes no pudieron sumarse a su vorágine.
Héroe o villano, ángel o demonio… Ladran, Steve.
Ilustración de Jonathan Mak |
Pero, aunque su carisma y sus dotes de líder natural mantuvieron mitigados a sus escasos detractores, también se le atribuye a Jobs haber representado el estigma de la obsolescencia programada, esa práctica por la cual los productos no alcanzan una duración relacionada con el uso que le da su comprador sino el que les planifica la empresa que los fabrica, generando una necesidad puntual de reemplazarlos o, en muchos otros casos, la insatisfacción de los usuarios por el lanzamiento de un nuevo modelo de similares características pero mejor aspecto. La obsolescencia programada, como mal moderno, mantiene a varios millones de personas en el mundo disconformes con sus logros materiales, angustiados por el temor de no poder permanecer actualizados y con bajos índices de felicidad renovados por cortos períodos tras la adquisición de un objeto recién puesto en el mercado. A su vez, los desechos de los productos reemplazados van generando año tras año aludes de chatarra tecnológica potencialmente útil, pero indeseada, que puebla los basurales y es trasladada a sectores marginados por su baja capacidad de consumo, donde los habitantes hurgan entre teclados en idiomas extranjeros y monitores quebrados sin encontrarles mayor utilidad que la de separar plástico de cobre para venderlos por monedas.
No necesariamente puede culpárselo, pero no para todos es simpático que Steve Jobs haya ocupado el rol de los pocos privilegiados dentro del nuevo orden social en el que el poder y la toma de decisiones se trasladaron de los gobernantes del mundo a las empresas que lo mueven, este orden en que las multinacionales han ganado autoridad, hasta la doblegación, sobre presidentes, reyes y dictadores.
Recuerdo hoy a un hombre que aportó en calidad a mi vida, que puso imágenes impensadas frente a mis ojos, que me enseñó mejores herramientas con las que ser un profesional competente y con las que ganó sus propias competiciones dejando derrotados a quienes no pudieron sumarse a su vorágine.
Héroe o villano, ángel o demonio… Ladran, Steve.
30 comentarios:
Eso suele pasarles a los visionarios: son odiados y venerados con igual intensidad. Yo me quedo con el slogan: "Think different".
Es el mejor reto.
Beso colega,
Ese señor es un GIGANTE de dimensiones que aún no somos capaces de ver ni asimilar...
En verdad fue un revolucionario pacifista que se dio en cada momento en plenitud. Lo admiro mucho
Beso!!!
Yo no diria ni visionario ni gigante, simplemente como tu lo dijiste un caballo que trota en el potrero del los grandes negocios y los perros que ladran de rabia pues no terminan de pagar sus aparatitos y ya este caballo les lanzaba una boniga nueva.
un placer leerte de nuevo
un abrazo
El hombre nos desafió a pensar diferente, Clau, pero él fue un paso más allá y se atrevió a actuar diferente.
Un beso, amiga.
D.
Hace unos años, Romina, les enseñé a mis hijos el famoso video del discurso que dio en la Universidad de Stanford. Para mi alegría, volvieron solos a verlo años más tarde y, para mi emoción, repitieron las palabras con que se los había presentado en la primera oportunidad "prefiero admirar los actos de un hombre que admirar al hombre".
Un beso grande,
D.
Sin duda, Chaly, dejó el mundo diferente a cómo lo recibió. Fue un hombre que dejó su marca en la humanidad… imposible no levantar polvo con tan tremendo malambo.
Un abrazo y muchas gracias por sus palabras.
D.
Lo que más admiro de las personas como él es que son así porque no pueden ser de otra manera. Caminan por el mundo y hacen genialidades como yo hago magdalenas de chocolate...
(espero que lo de Evita no sea verdad)
Después de una larga ausencia, regreso...un placer leerte de nuevo. Besos!!
Para muchos, Ángela, una verdadera genialidad es caminar por el mundo regándolo de aroma a magdalenas de chocolate.
(A juzgar por la fuente investigada, parece ser cierto lo de Evita, también mujer con seguidores y detractores).
Un beso,
D.
Ausencia es otra cosa, Silvia, tu presencia es siempre bienvenida sin importar cuánto tiempo necesites.
Un beso grande,
D.
A mí me impresionó cómo salimos todos a subir cosas de él en el Facebook, apenas nos enteramos de su muerte. Recordar nuevamente el video y recordar su biografía. Ya estaba predestinado, eh? Un genio.
Besote enorme, amiguito.
Todos tenemos fans o detractores y no siempre tiene que ver con la porción de ángel o de demonio con la que actuamos.
PD: Aprovecho la ocasión para aclarar que yo no soy la autora intelectual de las frases "ponete un saquito que va a refrescar" o "yo te dije". Si alguien le puede avisar a mis hijos, se lo agradecería.
Eso es ser un líder natural, Isa, el que quiera tomar clases de liderazgo verá que siguiendo lo que dice los textos no alcanza, el que tiene ese carisma convoca masas hasta para sus funerales.
Una pregunta que no hago en este texto pero la tengo merodeándome la mente desde hace días es ¿vivió poco? …tal vez 56 años sea poco, pero vivió mucho. La vida debería contarse en intensidad y no en años.
Besote, amigaza.
D.
Completamente de acuerdo, Malena. Uno puede llegar a tomar responsabilidades acordes al nivel de convocatoria que haya alcanzado, pero de qué forma repercute en los seguidores, ya es asunto personal de cada uno de ellos.
El servicio meteorológico, por ejemplo, ha perdido credibilidad a fuerza de desaciertos, por eso a mis hijos no les hablo del pronóstico sino que suelo decirles "abrigate que tengo frío". Ya hablaré con los tuyos… a ver si consigo que alguien me escuche.
Un beso,
D.
Me consta que el finado señor Jobs me desheredó desde que se enteró de que todavía utilizo mi primer teléfono móvil (un regalo del año 2004!!!!!) y que no lo he cambiado por otro más moderno. Por supuesto, es regordete, no sabe hacer fotos, apenas se leen las letras de las teclas y le empieza a costar redactar mensajes. Pero él y yo sabemos que no hemos producido chatarra tecnológica, y eso nos mantiene unidos frente a las frecuentes burlas que recibimos.
¿Y sabes qué le digo en esos momentos? "Ladran, teléfono".
Un beso y una manzana sin morder.
Claro que son encantadores los regordetes que no saben hacer fotos y apenas se les leen sus letras, Mercedes, pero más que a ellos, admiro su determinación de no dejarse vender objetos más nuevos que ofrecen los mismos beneficios que los que tenemos ya encima. Esas burlas nos hablan de que vivimos unos tiempos en los que no poseer nos hace objeto de comentarios… queda una gran chatarra en el interior del hombre que solo trabaja para renovar año tras año su tecnología.
Besos admirados,
D.
Yo reafirmo que "Think different" es un slogan que no se puede ignorar. Y que tanto como Steve Jobs, o como Bill Gates son las caras visibles de la compañía. Necesitan su QEPD.
saludos Dani
L
coincido plenamente... matamos todo lo que amamos para vivir. me vino esa frase de Charly García. él no fue la excepción. haber sido creador y gestor con pasión absoluta consume, vida. y el portal que abrió. solo el tiempo decantará su valor... hoy tan obtusos. los valores que nos mueven , muchos de ellos digo
me gustó la visión, seguiré por acá!
gracias!
Seguramente, Liberatrice, en una eventual reedición de la campaña "Think Different" se podría incluír la imagen de Steve Jobs. Sin duda ha sido un hombre que pensó diferente y sus logros están a la vista, pero admito que soy cauteloso en observar esa campaña publicitaria… es solo un slogan, no vino apoyado de un sustento educativo que hiciera que la gente pensara diferente, simplemente empujó al público a dejar de pensar en comprarse una PC.
Un beso, desde mi Mac.
D.
Bienvenida, Mariní, por este rinconcito virtual. Me gustó mucho el segmento de "Total Interferencia" que trajiste para compartir por acá, creo que es muy atinada tu reflexión.
Un beso grande y prometo visitar tu espacio.
D.
Visionario o no, el legado que nos ha dejado tiene una proyecciòn incalculable.
Acabo de conocer tu blog y me ha gustado como escribes.
un fuerte saludo
fus
pd.si tienes tiempo te invito a pasar por mi blog
A veces me llevo la impresión, Fus, de que nos hemos apresurado a hablar del legado de Jobs como si estuvéramos a dos generaciones de su desaparición. Es todo muy reciente aún y tenemos grandes sospechas de que sus creaciones nos acompañarán por mucho tiempo… entonces confirmaremos que su legado ha sido grandioso.
Bienvenido por el blog, muchas gracias por tus palabras.
D.
...un gusto seguir los comentarios , de reflexión, sobre "algo" tan misterioso que este señor dio cauce (Jobs) y por medio del cual... estamos conectados de otras formas!!
un saludo!
(me recordó otra canción "Decisiones apresuradas"... para vivir,para evaluar... cuánto apuro...¿que nos apremia qué?
Con demasiada frecuencia, Mariní, creemos que vivimos un tiempo, cuando en realidad vivimos una vida. Los 56 años de Jobs nos anuncian que ese hombre no vivió poco.
Te vuelvo a saludar, sin prisa.
D.
Me ha gustado algo que he visto por ahí, muere un hombre y el mundo llora, lo hace un niño de hambre y nadie se entera.
Yo no tengo ninguno de sus productos, el móvil no lo llevo fuera de casa, a veces me cuesta entender lo que está pasando.
En realidad el mundo no lo está llorando, Ignacio, están recordando sus creaciones y conjeturando quién hereda y cómo su liderazgo. Es el nuevo orden mundial… las empresas y sus líderes rigen a la civilización como las monarquías medievales.
Lamentablemente los niños que mueren de hambre no llegan a dejar huella comercial en este planeta… por eso no son noticia ni razón de llantos.
Gracias por su visita. Bienvenido,
D.
Solo escuché su discurso en Stanford y me pareció de una honestidad brutal,útil, coincidente en algunas cosas, pensó diferente, actuó diferente y creo que intentó entrar por la ventana cuando le abrían las puertas fáciles para entrar. Me gustó igual leer su punto de vista maestro como siempre usted, entrando por la claraboya. Un abrazo
...tu saludo "sin prisa" coincide con tu advertencia "comentarios...hasta ahora"...
me gusta el ritmo de este espacio!
y lo de Jobs. una concentración de vida, como Urgencia...si!
gracias!
El día que murió recuerdo haber preguntado si falleció Gandhi o San Expedito, para en tal caso encender la vela correspondiente. Efectivamente, leí el Quijote con el marcador flúo para resaltar la bendita frase que nunca llegó, pero no sabía su verdadero origen...gracias Daniel!
"Que pretende Ud. de mí?" es la otra gran frase nunca dicha, además del falso epitafio de Groucho, según mi gusto.
Un abrazo!
Hasta los detractores, Pablo, se las ingeniado para embarrarle esa presentación brillante… que fue el discurso de un individualista emocionando masas para no colaborar con sus comunidades sino con sus intereses personales, que las historias no eran reales, que las reflexiones no le pertenecían ni mencionó a sus maestros. En fin… "ladran, Sancho".
Un abrazo,
D.
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Gracias, Mariní, terminaremos también coincidiendo en que la ausencia de prisas a veces toma el rumbo deliberadamente opuesto. Me lo recuerdo a la vez que me repito mis argumentos…
Un beso,
D.
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Leyendo tu comentario, Marcelo, no consigo evitar la autorreferencia estéril y lamentar otras frases no dichas… de esas que ya dejé pasar la ocasión.
Un abrazo amigo,
D.
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